lunes, febrero 19, 2007

Ocupaciones

Estas semanas estuve muy ocupado, aunque ahora que estoy sin trabajo, esto pueda parecer raro... el motivo es que yo no me tomo vacaciones, en gran parte debido a que no tengo dinero, así que ocupo mi tiempo en otras cosas.

Proyectos no faltan, pero tengo problemas para coordinar todo; en enero y febrero pude subir muchos artículos, pero a costa de dejar de lado otras cosas.

Una cuestión muy importante que me quita tiempo es que en vacaciones uno se dedica generalmente a organizar más la casa y demás. Entre tantos libros y revistas, que ya no sé donde voy a ponerlos, la inclusión de nuevos muebles, en fin, aquí todavía es un desastre a pesar de todo lo que hemos estamos acomodando.

Espero que les estén gustando todos los cambios y mejoras que hay, como los videos de Youtube, que creo han quedado muy bien. Espero poder darle salida a algunas sorpresas que tenía planeadas para mitad de año, aunque como están las cosas ahora, no puedo asegurarlo.

Me da mucho gusto que en las últimas semanas me hayan enviado tantos mails para saludar y felicitarme, realmente me sigue diciendo que la gente se toma el tiempo de mirar grandes partes del sitio, sino todo, lo cual no es fácil, porque es muy grande. Además, las estadísticas que me da el servidor del dominio me ha demostrado que no era una ilusión óptica lo que me decían otros sistemas.

En definitiva, que sigue siendo un trabajo agradable :D

domingo, febrero 18, 2007

¡¡Al asalto!!


Aunque fue el primer libro bélico antiguo que compré, y por eso lo aprecio especialmente, lo tuve un poco relegado hasta que me decidí a hacerle una reseña. Además, hacía ya más de un mes que no escribía aquí... eso lo explicaré luego.


En fin, vuelvo al ruedo contando sobre este libro autobiográfico, que narra las aventuras del sargento Arthur Guy Empey, ciudadano estadounidense, quien por diversas razones decide enlistarse en el Ejército Británico para pelear en suelo europeo en la Gran Guerra.


Siempre con su estilo poco convencional, nos narra su historia desde que se enlista, hasta que se licencia luego de una herida. El libro, como muchos de la época, está profusamente ilustrado con fotografías aportadas por el autor, además de algunos dibujos (mapas de trincheras, por ejemplo). La edición es de 1918, el libro fue editado en castellano antes de que terminara la guerra. Como puede verse en la foto, es de tapa dura envuelta en tela, y está en un excelente estado. Las hojas apenas están carcomidas en los bordes, y casi no cruje al abrirlo. Realmente fue una excelente compra, no solamente disfruté leyéndolo sino que también es un buen ejemplar de colección. Y para colmo, fue barato.


La historia de Empey es curiosa, en parte porque es un yanki en un ejército británico, y ve todo desde otro punto de vista. Sin duda alguna es una ventana muy interesante para ver lo que era la Gran Guerra desde el suelo. El autor narra con lujo de detalle las marchas, el hambre, las correcciones del tiro de artillería, lo que se hacía en el tiempo libre, los refugios de trinchera lleno de piojos y barro... y no por eso deja de tener un comentario irónico y una visión que a veces ronda el humor negro.


Hay algunas anécdotas que vale la pena marcar, como por ejemplo cuando montaron con su unidad una obra de teatro, mandando a imprimir invitaciones y carteles (que se muestran en el libro). Empey escribe una obra ambientada en EEUU, y tiene que lograr que los ingleses representen al menos decentemente el papel de yankis. Los soldados hacían todos los papeles (incluso las mujeres), y hay que decir que deben haberse relajado mucho estando en una guerra tan cruda como fue esa.


El tono irónico y superado de Empey tiñe todo el texto: aunque la cuenta crudamente, lo hace como si él estuviera por encima y no hubiera sufrido tanto, para él es una aventura y nada más. Sin embargo hay momentos de tensión, como cuando sale con su grupo a hacer una incursión nocturna, y casi se pierde y entra en las trincheras enemigas pensando que son las amigas.

En resumen, se puede ver casi cada aspecto reseñable de la guerra a través de una redacción limpia, rápida de leer, con un tono humorístico bastante fino en algunas ocasiones. Pero crudo, pues cuando tiene que decir algo, lo expresa sin rodeos.

El libro finaliza, para remarcar este tono irónico, con el "Diccionario de Tommy en las trincheras": una recopilación de la jerga soldadesca, que explica quién es el General Pimienta, qué es un Gorro Rojo, qué son las cooties, pero también dedica comentarios exclarecedores sobre palabras como cigarro, pala o parapeto.