Hace tiempo que he venido escuchando los signos de algo realmente lamentable. La politización de la lucha por los derechos humanos.
Larga es la tradición de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, para reencontrar a sus desaparecidos, hijos y nietos. Lamentablemente, algo que no debía tener banderías políticas se ha pegado tanto al actual gobierno que hasta lo defienden de manera irresponsable, porque esa no es su tarea.
Gran parte de la culpa la lleva la señora Hebe de Bonafini, quien con sus dichos autoritarios y golpistas realmente ha manchado la lucha de una manera increíble. La última, según ella: el vicepresidente es un hijo de puta. La lista es larga y decadente, como el hecho de entrar con una pancarta de adhesión política al gobierno en medio de un acto de recuerdo a las víctimas del bombardeo a la Plaza de Mayo de 1955.
Lo otro lamentable es que esta gente no es desautorizada, sino que está a cargo, lo cual ensucia doblemente un movimiento de lucha que como digo, no tendría que casarse con nadie. Lo cual lleva a la división; hasta el gobernador de mi provincia lo ha mencionado en un discurso: no hay que tener abuelas por un lado y abuelas por el otro.
Me han llegado rumores y comentarios de gente que conoce a abuelas que se han desafiliado o piensan hacerlo, debido al desánimo que esto acarrea. A su edad, no se las puede culpar porque ahora el movimiento es comido desde dentro. Al ver que la disidencia las aleja de sus compañeras, o al sentir presiones de apoyo hacia tal o cual político, se van quedando. Otro rumor es que muchas se han cansado de la fama que tienen algunas de las líderes del movimiento, fama que usan para viajar y recibir premios, pero que no se contabiliza, siempre, como apoyo a la causa, que es lo que debería ser.
Lamentablemente, es una muestra más de la división que genera este gobierno, que usa instrumentos facistas. Ahora resulta que habrá luchadores por los derechos humanos oficialistas y otros que serán golpistas o algo así. Qué irónico.
1 comentario:
No lo podría haber dicho mejor.
Aunque en realidad no lo haya intentado...
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