Ahora lo dicen del austríaco que encerró a su hija en el sótano y la violó repetidas veces, teniendo con ella varios hijos.
Curioso que todavía lo dicen de otro austríaco, aunque sus delitos fueron todavía mayores y todavía más irreparables.
Más allá de la coincidencia geográfica, resulta curiosa y remanida la presencia de ese mecanismo de defensa, que plantea que hay humanos que son "monstruos", "animales" y demás.
Parece que nunca comprenderemos que el ser humano es un universo de cosas posibles, tanto buenas como malas. Y eso es lo que Dios nos dio.
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