Desde hace años tengo por cierto, y no sé dónde lo he leído, que Hitler solo tenía un testículo.
Ese dato, tan particular. Y después la gente dice que no es morbosa ni chismosa. ¿Qué carajo me importan los testículos de Hitler?
Nadie debería saberlo, ni a nadie debería importarle.
El hecho es que lo sé, pero no sabía que era por una herida durante la Gran Guerra. Ahora, todo apunta a que el rumor (que yo ya tenía por cierto) era realidad. A Hitler la guerra le costó un huevo.
No no, no estoy siendo una mala persona. Es el título del diario Crítica al respecto. Debemos excusarlos por el mal gusto, pero es que son irónicos. Es un diario argentino muy particular, gracias al humor de su fundador y director, Jorge Lanata.
Me quedo con dos cosas.
Por un lado, la absurda creencia de que se puede psicoanalizar todo, por la cual, he leído, la culpa del Holocausto pareciera estar en esa bala casi (no lo suficientemente) mortal. Por lo que he leído, ya tenemos bastante para analizar en la niñez y adolescencia de Adolf...
Por otro lado, el feo remordimiento del médico al desear haber dejado morir a ese bastardo malnacido. Hace pensar sobre cómo uno toma decisiones sin conocer el verdadero alcance.
Da miedo.
1 comentario:
tenes razon. ni valia la pena este comentario.
a tanto h de p suelto tambien le debe faltar algo.
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