domingo, diciembre 28, 2008

Tarde pero seguro

Mirando los titulares de Clarín online, me encuentro con ESTO.

Una misión oficial busca pistas de un avión militar perdido en 1965

Despareció con sus 68 pasajeros, poco después de despegar de EE.UU. Lo buscan en Costa Rica.



El Estado argentino sigue buscando al avión militar TC 48, desaparecido con sus 68 pasajeros en 1965 luego de despegar de la base Howard, de los Estados Unidos, en Panamá. La Fuerza Aérea completó este año dos misiones terrestres en la selva de Costa Rica. La primera fue en mayo; la segunda en noviembre. Dos militares regresaron con algunos datos que alientan alguna esperanza para los familiares que en todos estos años no han dejado de reclamar que se los busque. Y los han buscado ellos también.

La reacción del ministerio de Defensa se produjo luego de que Clarín publicara en noviembre del año pasado las quejas de los familiares de los oficiales y cadetes de la Fuerza Aérea que viajaban en el Douglas DC 4 que desapareció luego de reportar fallas en uno (¿o dos?) de sus cuatro motores. Para ellos, esta actitud nueva fue un vuelco. "Siempre subestimaron nuestro nivel intelectual; creyeron que la obediencia debida era para los civiles también", dice Regina Zurro, hija del comandante Mario Nello Zurro y de Clyde Pereira. Su madre tiene 76 años; su padre tenía 38 años al partir. Habla de subestimación porque en décadas recibieron todo tipo de versiones, como que sus familiares fueron comidos por los tiburones. Ahora la misión Esperanza II trajo nuevas hipótesis sobre el probable paradero del avión con 54 cadetes -un peruano, el resto era argentino- y nueve tripulantes y cinco oficiales que viajaban como pasajeros. En total, 68 personas, todas desaparecidas.

El capitán Cristian Haller, de la Escuela de Apoyo Comando de la Fuerza Aérea, estuvo en las dos misiones que la Fuerza Aérea envió este año. En la última, junto con el primer teniente Juan Pablo Duartez. Estuvieron casi 20 días de noviembre internados en la selva, cerca de la fila de Matama, en la zona de la cordillera de Talamanca. "Es un lugar cerrado, como impenetrable, con lluvia casi constante. Hubo un pequeño huracán y hasta un terremoto. Se ven muchísimos trillos de dantas, como les dicen a los tapires. Pero pudimos recorrer ese polígono de unos cuatro kilómetros por tres en sus extensiones máximas palmo a palmo y podemos afirmar que el avión ahí no cayó. En el descarte de zonas nos vamos acercando a la verdad".

Para definir el lugar de búsqueda se utilizó un simulador. En el software se cargaron los datos técnicos del Douglas DC 4 y una de las primeras hipótesis: la falla en un motor cuando volaban sobre el océano. "El simulador arrojó que con un motor fallando el avión no pudo pasar los 2.000 metros de altura que tiene esa fila".

Haller y su ayudante trajeron información que fue recogida en entrevistas. Dos testigos coinciden en que desde el avión informaron que eran dos los motores que estaban fallando. Con los recuerdos aportados por Guido Sibaja, operador radioeléctrico de la torre de vuelo de La Sabana, antiguo aeródromo cercano a San José, y Alvaro Protti, comandante de una aeronave BAC 111 de la empresa LACSA, se hizo una nueva reconstrucción del posible itinerario del avión con dos motores detenidos. Los primeros resultados indican que:

* No pudo mantener la línea de vuelo. Habrían realizado un suave descenso de aproximadamente 60 metros por cada minuto de avance. Para los voceros de la Fuerza Aérea esto explicaría por qué, en los primeros días de búsqueda, en diciembre de 1965, encontraron en el mar algunos elementos como salvavidas. Las familias siempre descartaron esta hipótesis.

* Con ese régimen de descenso, considerando que volaban a 2.000 metros de altura y que se encontraban internados sobre el mar, se concluye que el avión pudo llegar a la costa pero no estaba en condiciones de atravesar la cadena montañosa de Talamanca. Aún con dos de los cuatro motores fallando, el TC 48 pudo haber llegado a tierra firme. Lo que si queda claro es en esas condiciones no era posible que atravesara la cordillera.

"Un dato que no manejábamos es que el destino final que la aeronave manifiesta a ambos es el aeropuerto de Managua", dice el capitán Haller. Con estos datos se espera que el próximo otoño vuelvan a la selva, en la Misión Esperanza III. "Nos vamos acercando a la verdad", insiste.


La verdad es que me llamó la atención. No me sorprende nada que en todos estos años la cosa haya quedado en el limbo, porque en Argentina las cosas generalmente son así. Así que tampoco me sorprende no haberme enterado. Por lo menos ahora se están haciendo las cosas bien, o eso parece.

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