Alejandro Serrano: La fascinación por las batallas continúa muy marcada en el ser humano, al menos por aquellas lejanas en el tiempo. ¿Tenemos una visión demasiado romántica de ellas en la actualidad?
Ricard Ibáñez: Alguien (no recuerdo quién, soy fatal para los nombres) dijo que una batalla es una cosa hermosa… si se ve desde lejos. Una batalla no deja de ser una epopeya, una gesta, que remueve nuestros instintos primarios de depredador y cazador, de animal agresivo (sólo hay que ver la afición de algunos equipos tras un partido de futbol). Pero una cosa es la fantasía de ir de héroe, masacrando enemigos, y otra bien distinta estar en un caos de hierro, carne, pólvora y sudor, donde es más fácil morir que matar, y sobrevivir los próximos minutos es algo cuanto menos incierto. Se dice que todos tienen miedo en una batalla. Y es cierto a medias. Lo tienen cuando tienen tiempo de pensar. Antes y después. Durante… se está demasiado ocupado para ello, al menos en las batallas de entonces.
Ricard Ibañez, en una entrevista acerca de su nuevo libro, La última galera del Rey.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario