Durante la Segunda Guerra Mundial, tres bombarderos B-29 estadounidenses hicieron aterrizajes de emergencia (por separado) en territorio soviético, después de bombardear Japón. Estos incidentes aislados tuvieron una serie de largas y curiosas consecuencias.
Muchas veces la URSS había pedido a EEUU que le vendiera este avión mediante el sistema de Préstamo y Arriendo. Estos bombarderos cuatrimotores eran una de las piezas más importantes del arsenal estadounidense gracias a su enorme alcance y gran carga de bombas. Solamente EEUU e Inglaterra tenían aviones comparables, y los B-29 eran los mejores en lo que hacían. La URSS no podía bombardear Alemania con sus aviones bimotores, y todo país en guerra deseaba tener bombarderos estratégicos de ese tipo: casi todos habín fallado en el diseño de los mismos. EEUU no respondió a los pedidos, ya que querían conservar la exclusividad del arma y no podrían controlar su uso después de dársela a los soviéticos. Aunque aliados, no eran naciones precisamente amigas.
No sorprende entonces que la URSS se negara a devolver los aviones que llegaron a su territorio. EEUU los solicitó numerosas veces; ambos países eran aliados, pero la URSS tenía un trato de no agresión con Japón, de manera que se negaba a hacerlo ya que estas armas serían usadas de nuevo contra este país y eso podría interpretarse como una rotura del tratado.
Stalin, en realidad, tenía otra idea en mente. Ordenó a la oficina de diseños Tupolev que copiara el avión mediante ingeniería inversa, lo cual derivó en la creación del Tupolev Tu-4, prácticamente idéntico al avión occidental.
En 1947, durante una celebración militar, EEUU comprendió lo que había sucedido. Tres Tu-4 aparecieron en el cielo, siendo confundidos con los B-29 capturados; cuando apareció el cuarto Tu-4, se hizo evidente que la URSS había copiado su mejor diseño, y que poseía entonces la capacidad de bombardeo estratégico. Ese mismo año la URSS detonó su primera bomba atómica; ambos eventos dieron inicio a la carrera armamentística que luego se desataría en todo el mundo.
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