Durante el ataque japonés a Pearl Habor, un capellán de la US Navy se encontró en un predicamento que resolvió rápidamente. Ejercitando una profesión que puede parecer contradictoria, el sacerdote se estaba preparando para una misa al aire libre (el ataque fue el día domingo 7 de diciembre, temprano a la mañana) cuando vio aproximarse a las aviones japoneses.
Ni lento ni perezoso, corrió hasta una ametralladora cercana, la arrastró por su cuenta, la montó sobre el altar y ametralló a los aviones cuando pasaron sobre él. Su pequeña gesta fue inmortalizada más tarde en una canción popular, que se llama "Alabad al Señor y Pasad la Munición" [creo que en el original en inglés es Praise the Lord and pass the ammo.]
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