La Armada de EE.UU. regala una de sus joyas de la Guerra Fría
Se trata del Sea Shadow, un barco espía construído a principios de los '80 a un costo de US$ 195 millones. Ahora en desuso, si un museo no acepta hacerse cargo de su mantenimiento irá a parar a la chatarra.
El tiempo es inclemente, aún con la más moderna tecnología. Es el caso del Sea Shadow, un barco espía construido bajo el máximo secreto a principios de los '80, preparado para cumplir un rol destacado en la Guerra Fría. El megaproyecto costó 195 millones de dólares.
Casi 30 años después, la Armada de Estados Unidos intenta conseguir alguien que acepte la donación de la nave. Pero como los museos saben, la Fuerza no está dispuesta a hacerse cargo de ningún gasto, y el mantenimiento de la nave debe estar basado en las multitudes que pueda atraer.
Por si fuera poco, el Sea Shadow no viene solo. Quien lo quiera también tendrá que hacerse cargo del Hughes Mining Barge, un gigantesco hangar flotante donde el barco espía fue construido y donde hoy en día descansa mientras aguarda que alguien quiera adoptarlos a ambos.
El Sea Shadow tiene 50 metros de eslora y 20,7 de ancho, y una tripulación de 10 hombres. Durante su uso regular jamás salía de su escondite sino era de noche. Finalmente fue mostrado al público en 1993. La nave tiene claras reminiscencias a una versión flotante del avión espía F-117. Los expertos consideran al Sea Shadow como el primero de su tipo y la genesis de los futuros barcos de combate.
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