Desde hace 132 años, en el aniversario del natalicio del General Don José de San Martín, Padre de la Patria y Libertador de América, en su ciudad natal de Yapeyú una guardia de Granaderos hace un desfile para conmemorar tan importante evento.
Lamentablemente, este año la actitud mezquina de un grupo de "patrones de estancia" que hacen berrinches de nene chiquito, gente sin respeto por los vivos ni por los muertos, ha retirado dicha guardia de honor para mandarlos a un supuesto entrenamiento. ¿La razón? El mismo vicepresidente estará en los eventos, y es persona no grata.
A los que no son argentinos les costará creer esto. No es para menos. Básicamente se resume en esto: el actual gobierno reclutó en el pasado a ciertos sectores de la oposición, que pasaron a formar parte de dicho movimiento al renunciar a sus respectivos partidos. El vicepresidente, tal vez el más importante de los "radicales K" (de la Unión Cívica Radical que la dejaron), se llevaba bien con el resto del séquito de Néstor Kirchner (presidente en las sombras que dirige como títeres a todos los ministros por encima de su señora esposa).
Lamentablemente para ellos, el señor Cobos no era un leal esbirro. Y como Presidente del Poder Legislativo, desempató una sesión importante del Senado, en la cual todos los sectores del campo lograron frenar una ley importantísima en su política de destrucción de la producción agropecuaria. Desde entonces los mafiosos no se lo perdonaron, y han hecho de todo para presionarlo a que renuncie.
Lo han censurado en eventos transmitido por el canal oficial al cortar la emisión cuando aparecía, le han negado el transporte de aviones oficiales, lo aíslan en sus oficinas, y ahora la cereza del postre. Cuando él anunció que iba a participar de la celebración del natalicio del Libertador, sorpresivamente esos Granaderos que están siempre en Yapeyú para esas épocas se van de entrenamiento.
Sin poder negar la realidad, el ¿señor? (mejor diríamos títere) Randazzo dice pavadas sobre que todo es una mentira de la oposición, sin decir nada claro, porque lo que aclara oscurece.
No me ven hablando abiertamente de política por acá, salvo contadas ocasiones. Poco hay que decir, porque las medidas de esta pandilla de monos con pistola son tan absurdas que hablan por sí mismas. Cada día que pasa agregan enemigos a sus filas, sin darse cuenta de que cada declaración, cada medida, deja gente en la calle, gente enojada, gente que no los soporta. Ya han perdido figuras importantes del Senado y la Legislatura, legisladores de su partido que no soportan la "política stalinista" como de hecho la denominó uno de ellos. Han perdido el voto de todas las poblaciones agrícologanaderas, de toda la industria láctea, de todos los fabricantes de máquinas agrícolas, de todos los pueblos pequeños relacionados con el campo (siendo que la actual presidenta ganó por el voto del Interior).
En este caso se han asegurado que nadie de la localidad de Yapeyú los vote.
Pero es algo más que eso. Es más que política. Para el cambio falta poco: este año se votan muchas cosas y ya poca fiesta les queda. Lo que indigna, lo que hace que se me salte la correa en este caso, es el enorme agravio no solo a una persona no presente, que no puede defenderse, sino al hecho de que esa persona dedicó su vida a darnos una libertad de la que ahora gozamos (bueno, recortada por todo lo que han hecho esta mencionada pandilla de monos con pistola).
Pero después de todo, ¿qué saben ellos de libertad, si para ellos todo lo que hace falta para gobernar es ser obsecuente, inescrupuloso y bajar la cabeza ante las mayores estupideces?
Siento lástima por la destrucción de la tradición por algo tan mezquino. Raro, siento que es una lástima que no haya oficiales o suboficiales que resistan la orden, que es insultante y agraviante para cualquiera que tenga el uniforme de Ejército Argentino, pero más para los que tienen el lujo de ser Granaderos. Dice allí en el artículo periodístico que estos hombres lloraban: muestra que tienen ese temple que hace falta, es una luz en la oscuridad que vean lo lamentable de la situación, y también que la gente del pueblo comprenda que solo obedecen órdenes y vayan a despedirlos.
Iba a brindar cuando la pandilla sea removida del gobierno. Ahora voy a brindar aparte por San Martín, como desagravio, cuando se vayan. Espero poder hacerlo también cuando los metan presos, pronto, por haber traicionado tantas veces a la Patria y a sus Instituciones.
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