En previsión de un desembarco inglés, ciertas playas malvinenses fueron minadas por fuerzas argentinas. Esas minas siguen todavía en su lugar, a pesar de que hubo proyectos para removerlas. Las zonas afectadas fueron convenientemente marcadas con carteles, para que ninguna persona se aventure a ellas. Por otra parte, como son lugares apartados, es poco frecuente que nadie se acerque a ellas, a menos que se trate de turistas.
La falta de seres humanos animó a la fauna local a establecer allí su hogar. El colmo lo constituyen los pingüinos, que rápidamente construyeron colonias. Como son mucho más livianos que una persona, ninguno de ellos activa las espoletas de las minas, de manera que estas no representan ningún peligro.
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