Durante la Guerra de los Seis Días, entre Israel y Egipto, tuvo lugar un curioso suceso que demuestra que la guerra a veces no es pura masacre, sino que puede (y debe) ser el uso inteligente de fuerza para evitar bajas en ambos bandos.
Las fuerzas israelíes habían conseguido intervenir las comunicaciones egipcias, descifrando sus códigos de transmisión. Esto le daba una enorme ventaja porque podían anticipar los ataques enemigos, al escuchar todos sus preparativos. Pero cuando una formación de tanques se extravió en el desierto y perdió contacto con sus líneas, los israelíes aprovecharon la ocasión para hacerse pasar por sus superiores.
Dando órdenes con los códigos capturados, le dijeron al comandante egipcio que cambiara las frecuencias (para que el truco no fuera descubierto) y siguiera sus instrucciones. Luego procedieron a mover a la formación lejos de las posiciones hebreas. Continuando así hasta el alto el fuego, momento en el que el controlador de Tev Aviv dio instrucciones al oficial egipcio para que llevara sus blindados hasta el campo de prisioneros más próximo, cosa que hizo sin dudar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario