En 1940, el Alto Mando francés se encontraba en una situación altamente caótica. Los efectivos alemanes habían invadido gran parte del país y las retiradas se sucedían constantemente. Entre el cúmulo de órdenes y contraórdenes que se dictaban desde París, a veces muy lejos del lugar del conflicto, una en especial le ordenaba al general Henri Giraud, comandante del 7º ejército francés, que se hiciera cargo del comando del 9º ejército. Giraud partió con su Estado Mayor hacia la frontera franco-belga, en donde está luchando su nueva unidad.
Luego de dos horas de marcha, llegaron a la sede del comando; el general Giraud descendió de su vehículo y caminó unos pasos. No pudo creer lo que vió: frente a él, soldados alemanes hacían el saludo militar. Un oficial se adelantó, entrechocó los talones y saludó. Sin abandonar su posición de firme, le dijo:
-¡Es usted nuestro prisionero, señor general!
Con gran asombro, Giraud entró en la sede del comando. El oficial alemán le informó:
-Han tenido mala suerte. El anterior comando del 9º ejército abandonó la región hace media hora. Quince minutos después llegamos nosotros. Hubiera sido una falta de consideración no esperarlos...
Giraud se convirtió así, sin saberlo, en el primer general en ser capturado en ambas guerras mundiales. Sin embargo, dos años más tarde, el general se escapaba de sus captores, al igual que había hecho en la Gran Guerra, y pudo volver con los aliados para encabezar operaciones militares contra el Eje.
viernes, septiembre 25, 2009
martes, septiembre 22, 2009
Secreto recursivo
A veces las ansias de mantener un avance tecnológico fuera del alcance del oído enemigo es algo exagerado, y en la Segunda Guerra Mundial los ejemplos abundaron de uno y otro lado. El caso del radar es uno de los más curiosos, como comentó en su momento el encargado de una estación inglesa:
"La bateria antiaérea que mandé en los primeros días de la 2ª guerra Mundial estaba equipada con radar, que entonces estaba en su infancia y clasificado como alto secreto. Efectivamente, era asunto tan reservado que en la conversación nos estaba prohibido referirnos al radar por su nombre. En plena Batalla de Inglaterra, un enlace motorista fue a buscarme para darme un paquete marcado "Alto Secreto". Entré en mi oficina para leer el vital despacho en privado. Tuve que romper no menos de 5 sobres hasta llegar por fin a una hoja pequeña de papel que decía: "Alto Secreto: la palabra radar ya no es secreta".
domingo, septiembre 20, 2009
Problemas de alojamiento
Durante la guerra en Francia, los pilotos de cazas alemanes tenían problemas para encontrar buenos aeródromos de los cuales despegar. El avance de las divisiones de tierra era tan rápido, que después de pocos días de llegar a un lugar, tenían ya que empezar a buscar de nuevo otra pista de aterrizaje, porque de otra manera se quedaban cortos con el alcance de la "sombrilla aérea".
Así se sucedieron muchas curiosas anécdotas. Por ejemplo, un piloto del JG2, con órdenes de buscar una pista para su escuadrón, reclamó un buen lugar cerca de Charleville, pero otros pilotos del JG27 llegaron antes y se lo "robaron". Entonces, pasó a la población cercana de Signy-Le-Petit: allí había un excelente lugar, pero estaba el inconveniente de que había muchos soldados franceses en los bosques cercanos. Pero el piloto no se dejó vencer: eligió a 10 hombres, les dio armas y se fue como infantería a peinar la zona. Capturó a un Jefe de Ejército francés, tres generales de división y 200 soldados coloniales. Pero todavía tenía trabajo para hacer; previendo la llegada posible de más tropas enemigas, revisaron los restos de los aviones Potez que había abandonados en la pista, les retiraron sus ametralladoras y las usaron para armar un perímetro de defensa en la parte superior de una granja cercana. En el piso de abajo, estaba el mejor disfraz para una posición: había un bar y un burdel, que funcionaba normalmente incluso en esas condiciones.
El otro extremo lo experimentaron los pilotos del I.(J)/LG2, quienes tuvieron que quedarse en un convento de monjas durante buena parte de la campaña.
Mientras tanto, irónicamente, los pilotos que habían "usurpado" al otro piloto la pista de Charleville, eligieron muy mal. El sitio estaba dentro del alcance de la artillería francesa, quien los castigaba sorpresivamente. El suministro de materiales se hizo difícil, porque los aviones podían ser derribados si tenían mala suerte. Como comenzó a escasear el combustible, tuvieron que empezar a "requisar", al parecer sin orden superior, el combustible sobrante de todos los aviones que aterrizaban allí. Simplemente le sacaban todo lo que no necesitaban para llegar a la siguiente pista. Este tratamiento fue inmisericorde, porque incluso lo hicieron con un Ju-52 que pertenecía a la unidad personal de transporte de Hitler.
Las situaciones eran a veces desesperadas. Algunos cazas terminaban aterrizando de emergencia en aeródromos abandonados, entre pilas de chatarra y cráteres de bombas. A veces las tropas francesas seguían hostigando a los aeropuertos improvisados. La falta de comunicación con los aviones también traía problemas. En un aeródromo improvisado, le dieron la bienvenida a un Bf-109 con una multitud de bengalas rojas. El piloto se aproximó, vio una serie de banderines rojos sobre una zona despejada, y los usó como referencia, aterrizando en la ruta que marcaban. Cuando aterrizó, recibió (seguramente con terror) la noticia de que la ruta de banderines no era la pista de aterrizaje, sino una advertencia, ya que en ese lugar habían caido varias bombas que no habían estallado.
Así se sucedieron muchas curiosas anécdotas. Por ejemplo, un piloto del JG2, con órdenes de buscar una pista para su escuadrón, reclamó un buen lugar cerca de Charleville, pero otros pilotos del JG27 llegaron antes y se lo "robaron". Entonces, pasó a la población cercana de Signy-Le-Petit: allí había un excelente lugar, pero estaba el inconveniente de que había muchos soldados franceses en los bosques cercanos. Pero el piloto no se dejó vencer: eligió a 10 hombres, les dio armas y se fue como infantería a peinar la zona. Capturó a un Jefe de Ejército francés, tres generales de división y 200 soldados coloniales. Pero todavía tenía trabajo para hacer; previendo la llegada posible de más tropas enemigas, revisaron los restos de los aviones Potez que había abandonados en la pista, les retiraron sus ametralladoras y las usaron para armar un perímetro de defensa en la parte superior de una granja cercana. En el piso de abajo, estaba el mejor disfraz para una posición: había un bar y un burdel, que funcionaba normalmente incluso en esas condiciones.
El otro extremo lo experimentaron los pilotos del I.(J)/LG2, quienes tuvieron que quedarse en un convento de monjas durante buena parte de la campaña.
Mientras tanto, irónicamente, los pilotos que habían "usurpado" al otro piloto la pista de Charleville, eligieron muy mal. El sitio estaba dentro del alcance de la artillería francesa, quien los castigaba sorpresivamente. El suministro de materiales se hizo difícil, porque los aviones podían ser derribados si tenían mala suerte. Como comenzó a escasear el combustible, tuvieron que empezar a "requisar", al parecer sin orden superior, el combustible sobrante de todos los aviones que aterrizaban allí. Simplemente le sacaban todo lo que no necesitaban para llegar a la siguiente pista. Este tratamiento fue inmisericorde, porque incluso lo hicieron con un Ju-52 que pertenecía a la unidad personal de transporte de Hitler.
Las situaciones eran a veces desesperadas. Algunos cazas terminaban aterrizando de emergencia en aeródromos abandonados, entre pilas de chatarra y cráteres de bombas. A veces las tropas francesas seguían hostigando a los aeropuertos improvisados. La falta de comunicación con los aviones también traía problemas. En un aeródromo improvisado, le dieron la bienvenida a un Bf-109 con una multitud de bengalas rojas. El piloto se aproximó, vio una serie de banderines rojos sobre una zona despejada, y los usó como referencia, aterrizando en la ruta que marcaban. Cuando aterrizó, recibió (seguramente con terror) la noticia de que la ruta de banderines no era la pista de aterrizaje, sino una advertencia, ya que en ese lugar habían caido varias bombas que no habían estallado.
jueves, septiembre 17, 2009
Información confidencial
A principios de la Segunda Guerra Mundial, unas de las principales tareas de la RAF era la de lanzar octavillas de propaganda sobre Alemania, que instaban al pueblo a derrocar el régimen nazi de Hitler y rendirse a los Aliados. Pero curiosamente, cuando un sencillo ciudadano británico pidió ver una de las octavillas, le dijeron que no era posible por razones de seguridad, "pues la información alli contenida podría caer en manos del enemigo".
miércoles, septiembre 16, 2009
A la caza de personajes peligrosos
A mediados de 1940, confiado en poder conquistar Inglaterra como lo había hecho con gran parte de Europa, el gobierno alemán ordenó que la Gestapo comenzara a crear listas de detenidos luego de la invasión. Curiosamente, en estas listas aparece el nombre de Sigmund Freud, detallando su domicilio en Londres y su condición de judío. Sin embargo, el padre de la psicología había muerto el 23 de setiembre de 1939.
Otro que aparecía en las listas era Winston Spencer Churchill, a la sazón Primer Ministro Británico, aunque su captura hubiera sido un poco más complicada.
Otro que aparecía en las listas era Winston Spencer Churchill, a la sazón Primer Ministro Británico, aunque su captura hubiera sido un poco más complicada.
lunes, septiembre 14, 2009
Derribados por sus propias bombas
En los primeros años de la guerra, Inglaterra estaba pésimamente preparada para enfrentar la amenaza submarina desde el aire. La mayoría de los recursos para aviones iban para la RAF, en lugar de para la Royal Navy, que disponía de aparatos bastante primitivos para enfrentarse a los alemanes. Los aviones no tenían más que pequeñas bombas para auyentar a los submarinos, y para colmo no tenían el equipo para apuntarlas, de manera que tenían que lanzarla a ojo desde corta distancia.
El 14 de septiembre de 1939 lo que podría haber sido uno de los primeros hundimientos de submarinos alemanes fue todo lo contrario... Dos bombaderos en picado del portaaviones Ark Royal divisaron a un buque enemigo, lanzándose en su persecusión. Habiendo bajado en picada tanto como se atrevieron, lanzaron sus bombas y se alejaron. Lamentablemente para ellos, tuvieron tan mala suerte que éstas rebotaron sobre el océano en su misma dirección. Los detonadores se habían activado por el impacto, de manera que cuando tocaron a los aviones estallaron, dañando la metralla a los aviones e hiriendo a los pilotos. Al caer sobre el océano, fueron capturados por el personal del submarino y hechos prisioneros.
Aunque el problema del rebote continuó hasta que los ingleses no diseñaron una bomba diferente, parece ser que éste fue el único caso de auto-ataque involuntario.
El 14 de septiembre de 1939 lo que podría haber sido uno de los primeros hundimientos de submarinos alemanes fue todo lo contrario... Dos bombaderos en picado del portaaviones Ark Royal divisaron a un buque enemigo, lanzándose en su persecusión. Habiendo bajado en picada tanto como se atrevieron, lanzaron sus bombas y se alejaron. Lamentablemente para ellos, tuvieron tan mala suerte que éstas rebotaron sobre el océano en su misma dirección. Los detonadores se habían activado por el impacto, de manera que cuando tocaron a los aviones estallaron, dañando la metralla a los aviones e hiriendo a los pilotos. Al caer sobre el océano, fueron capturados por el personal del submarino y hechos prisioneros.
Aunque el problema del rebote continuó hasta que los ingleses no diseñaron una bomba diferente, parece ser que éste fue el único caso de auto-ataque involuntario.
sábado, septiembre 12, 2009
Tranquilidad subterránea
Durante el año de 1944 las tropas alemanas en Italia defendieron la denominada Línea Gustav con obras de ingeniería de enorme envergadura. Expertos en defensa en profundidad, construyeron túneles por debajo de las montañas, fuertes en cada loma, campos minados, alambradas y trampas antitanque. Los túneles eran verdaderas fortalezas en donde se acumulaban provisiones, medicamentos y municiones; estaban reforzados con vigas de acero y durmientes de vías de ferrocarril. A pesar de los enormes ataques de la artillería aliada, nunca pudieron ser destruidos.
Según palabras del mismo general Clark, "más tarde supimos que durante uno de nuestros ataques de bombardeo y artillería más intensos (un ataque en el que arrojamos todo el peso que nuestras fuerzas pudieron reunir contra una zona objetivo relativamente pequeña) en un depósito subterráneo de la montaña un grupo de oficiales alemanes jugaba a las cartas. No se levantaron de la mesa durante todo el transcurso del ataque; nuestro mayor esfuerzo ni siquiera logró desbaratar ese partido de cartas."
Según palabras del mismo general Clark, "más tarde supimos que durante uno de nuestros ataques de bombardeo y artillería más intensos (un ataque en el que arrojamos todo el peso que nuestras fuerzas pudieron reunir contra una zona objetivo relativamente pequeña) en un depósito subterráneo de la montaña un grupo de oficiales alemanes jugaba a las cartas. No se levantaron de la mesa durante todo el transcurso del ataque; nuestro mayor esfuerzo ni siquiera logró desbaratar ese partido de cartas."
jueves, septiembre 10, 2009
Ayudando al enemigo de mi amigo
Hasta 1938, Alemania tuvo una misión militar en China, adiestrando los soldados del general nacionalista Chiang Kai-shek. Desde 1928, estas tropas estuvieron enseñando a los chinos el arte de la guerra, incluso suministrándoles indumentaria como cascos y artillería.
Lo curioso es que existía una extraña relación entre todos los actores. China estaba pasando por una guerra civil, ya que el gobierno nacionalista estaba luchando contra los comunistas (esta fue, posiblemente, la razón por la cual Alemania continuó ayudando a este país al llegar Hitler al poder). Por otra parte, China y Japón entraron en guerra a mediados de 1937.
En 1938, bajo la presión diplomática de Japón, Alemania aceptó dejar de adiestrar a los chinos. En 1940, Japón se integraría al eje Roma-Berlín. Sin embargo, el daño ya estaba hecho, y lo enseñado a los chinos ayudó grandemente a resistir al invasor.
Lo curioso es que existía una extraña relación entre todos los actores. China estaba pasando por una guerra civil, ya que el gobierno nacionalista estaba luchando contra los comunistas (esta fue, posiblemente, la razón por la cual Alemania continuó ayudando a este país al llegar Hitler al poder). Por otra parte, China y Japón entraron en guerra a mediados de 1937.
En 1938, bajo la presión diplomática de Japón, Alemania aceptó dejar de adiestrar a los chinos. En 1940, Japón se integraría al eje Roma-Berlín. Sin embargo, el daño ya estaba hecho, y lo enseñado a los chinos ayudó grandemente a resistir al invasor.
lunes, septiembre 07, 2009
El secreto del combustible artificial
Muchas personas no saben que gran parte del combustible y lubricantes utilizados por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial eran artificiales.
País netamente importador de petróleo, Alemania siempre tuvo como desafío satisfacer sus necesidades energéticas. Después de la Primera Guerra Mundial, momento en el cual se hizo evidente la necesidad de contar con combustible para aviones, camiones, tanques, etc. (pues el motor de combustión alcanzó su mayoría de edad y se impuso en este conflicto), diferentes iniciativas confluyeron en la búsqueda de una solución.
Dos de ellas fueron las más utilizadas, ambas utilizando carbón, que era relativamente fácil de conseguir por motivos geográficos:
Luego de la caída de Alemania, estos procesos industriales fueron casi totalmente olvidados, debido al descubrimiento de grandes campos petrolíferos como los ya mencionados en Medio Oriente, y el aprovechamiento de otras fuentes asociadas, principalmente el gas natural, que resultaba mucho más barato.
Sin embargo, ahora estos procesos son vistos como una alternativa renovable a la prevista escasez y desaparición del petróleo. Uno de los principales problemas técnicos es la relativamente grande (dependiendo del proceso) emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Algunas empresas están trabajando para neutralizar al menos en parte esta situación, tratando también de simplificar los procesos y abaratar sus costos. Esto hace que no sea descabellado pensar que el día de mañana nuestros vehículos se muevan, totalmente o en parte, con un combustible creado por una tecnología que tiene casi cien años de antigüedad.
País netamente importador de petróleo, Alemania siempre tuvo como desafío satisfacer sus necesidades energéticas. Después de la Primera Guerra Mundial, momento en el cual se hizo evidente la necesidad de contar con combustible para aviones, camiones, tanques, etc. (pues el motor de combustión alcanzó su mayoría de edad y se impuso en este conflicto), diferentes iniciativas confluyeron en la búsqueda de una solución.
Dos de ellas fueron las más utilizadas, ambas utilizando carbón, que era relativamente fácil de conseguir por motivos geográficos:
- la hidrogenación del carbón, convirtiendo el mineral en un líquido. Esto se logra agregando una serie de aceites pesados y catalizadores al carbón, y mezclándolos a temperaturas por encima de los 400º, en usinas fabricadas a tal fin. El proceso da como resultado un compuesto líquido que tiene dos átomos más de hidrógeno. Este proceso se denomina proceso de Bergius, por un químico alemán que lo descubrió en 1913, y luego ganó el premio Nobel de Química en 1931 (compartido).
- la licuefacción del carbón, por un proceso denominado Fischer-Tropsch, por dos químicos alemanes que lo investigaron en la década de 1920. Este complicado proceso químico implica convertir en gas al carbón (también se puede usar madera, como fue el caso alemán, para cuyo fin se usaron tanques en desuso). Luego este gas sintético (mezcla balanceada de hidrógeno y monóxido de carbono) se combina con una serie de catalizadores (generalmente hierro o cobalto), y por una serie de procesos físicoquímicos esta mezcla se convierte en un hidrocarburo ligero (etanol), el cual es procesado una y otra vez, hasta hacerlo más pesado y convertirlo en gasolina o incluso en diesel.
Luego de la caída de Alemania, estos procesos industriales fueron casi totalmente olvidados, debido al descubrimiento de grandes campos petrolíferos como los ya mencionados en Medio Oriente, y el aprovechamiento de otras fuentes asociadas, principalmente el gas natural, que resultaba mucho más barato.
Sin embargo, ahora estos procesos son vistos como una alternativa renovable a la prevista escasez y desaparición del petróleo. Uno de los principales problemas técnicos es la relativamente grande (dependiendo del proceso) emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Algunas empresas están trabajando para neutralizar al menos en parte esta situación, tratando también de simplificar los procesos y abaratar sus costos. Esto hace que no sea descabellado pensar que el día de mañana nuestros vehículos se muevan, totalmente o en parte, con un combustible creado por una tecnología que tiene casi cien años de antigüedad.
viernes, septiembre 04, 2009
Primeros derribos
Apenas comenzada la invasión de Polonia, la gran cantidad de actividad aérea proporcionó muchas oportunidades de derribo a ambos bandos. Los tres primeros se produjeron en contados minutos.
Irónicamente, los alemanes anotaron su primera victoria aérea a cargo de un bombardero en picada Stuka. Al regresar de una temprana misión de bombardeo, aparatos del I./StG2 sobrevolaron sin darse cuenta un aeródromo polaco secreto, en el cual se habían dispersado parte de los aparatos de este origen. El líder de la formación en tierra, al escuchar los motores, hizo despegar a sus pilotos para iniciar una persecusión. Al poco tiempo, sin embargo, el capitán Mieczyslaw Medwecki era derribado por un Stuka que se posicionó detrás suyo, explotando su PZL P.11 y muriendo en el acto. El responsable de este derribo fue el teniente Frank Neubert, que pilotaba uno de los Stukas de la formación.
Un compañero del capitán Medwecki sobrevivió al ataque, y se retiró buscando otras presas, más arriba. El teniente Wladek Gyns se encontró así con dos bombarderos bimotores Dornier Do 17E, que volvían de atacar Cracovia. Aparentemente estos no estaban debidamente escoltados y posiblemente sus tripulaciones estaban distraídas, pensando que no habría resistencia polaca y su misión había terminado. Gyns ametralló a ambos, pero los perdió de vista cuando se ocultaron detrás de una colina, y no pudo apreciar si les había hecho daño. Poco tiempo después, ambos aparatos se estrellaban apenas separados por 100 metros, indicando el primer derribo doble de los polacos.
Por varios días más, este tipo de enfrentamientos a pequeña escala continuaría, hasta que Inglaterra y Francia se unieron tímidamente al conflicto. Entonces se dieron nuevas oportunidades para anotar las primeras victorias de otros pilotos.
El 4 de septiembre de 1939, una formación de Me-109 basados en el Mar Báltico interceptó a dos bombarderos ingleses Wellington. Dos pilotos derribaron uno cada uno, aproximadamente a mismo tiempo (18:15 horas). Al regresar a tierra, se le concedió el honor de entrar en la historia al sargento Alfred Held, como el primer alemán en derribar un avión inglés en ese conflicto. El otro piloto, sargento Hans Troitzsch, fue relegado a ser el segundo. Held, sin embargo, moriría el 17 del mismo mes, víctima de un accidente, logrando entrar en la historia de la Luftwaffe con un sólo derribo.
Terminada la guerra, el superior de ambos en esa época, comandante Carl Schumacher, declaró que siempre había creído que era Troitzsch, y no Held, el que debería haber tenido los honores.
Irónicamente, los alemanes anotaron su primera victoria aérea a cargo de un bombardero en picada Stuka. Al regresar de una temprana misión de bombardeo, aparatos del I./StG2 sobrevolaron sin darse cuenta un aeródromo polaco secreto, en el cual se habían dispersado parte de los aparatos de este origen. El líder de la formación en tierra, al escuchar los motores, hizo despegar a sus pilotos para iniciar una persecusión. Al poco tiempo, sin embargo, el capitán Mieczyslaw Medwecki era derribado por un Stuka que se posicionó detrás suyo, explotando su PZL P.11 y muriendo en el acto. El responsable de este derribo fue el teniente Frank Neubert, que pilotaba uno de los Stukas de la formación.
Un compañero del capitán Medwecki sobrevivió al ataque, y se retiró buscando otras presas, más arriba. El teniente Wladek Gyns se encontró así con dos bombarderos bimotores Dornier Do 17E, que volvían de atacar Cracovia. Aparentemente estos no estaban debidamente escoltados y posiblemente sus tripulaciones estaban distraídas, pensando que no habría resistencia polaca y su misión había terminado. Gyns ametralló a ambos, pero los perdió de vista cuando se ocultaron detrás de una colina, y no pudo apreciar si les había hecho daño. Poco tiempo después, ambos aparatos se estrellaban apenas separados por 100 metros, indicando el primer derribo doble de los polacos.
Por varios días más, este tipo de enfrentamientos a pequeña escala continuaría, hasta que Inglaterra y Francia se unieron tímidamente al conflicto. Entonces se dieron nuevas oportunidades para anotar las primeras victorias de otros pilotos.
El 4 de septiembre de 1939, una formación de Me-109 basados en el Mar Báltico interceptó a dos bombarderos ingleses Wellington. Dos pilotos derribaron uno cada uno, aproximadamente a mismo tiempo (18:15 horas). Al regresar a tierra, se le concedió el honor de entrar en la historia al sargento Alfred Held, como el primer alemán en derribar un avión inglés en ese conflicto. El otro piloto, sargento Hans Troitzsch, fue relegado a ser el segundo. Held, sin embargo, moriría el 17 del mismo mes, víctima de un accidente, logrando entrar en la historia de la Luftwaffe con un sólo derribo.
Terminada la guerra, el superior de ambos en esa época, comandante Carl Schumacher, declaró que siempre había creído que era Troitzsch, y no Held, el que debería haber tenido los honores.
miércoles, septiembre 02, 2009
El Stuka Lied, por Casus Belli
Este año se cumplen 70 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Como ya habrán visto, he podido dedicar mi tiempo a actualizar y añadir artículos sobre diferente armamento de la época, tratando de equilibrar lo menos conocido y lo más conocido.
En conmemoración de esta fecha, 1º de septiembre, y gracias a que ahora tengo los medios necesarios, me di el gusto de cumplir un pequeño sueño y traerles un nuevo video, acerca del avión que inició el conflicto, lanzando las primeras bombas y derribando los primeros aviones enemigos: el Ju-87 Stuka. Con el video está el himno que se creó para este avión y sus pilotos, traducido lo más exactamente que pude. Espero que lo disfruten. Lamentablemente, no sé si podré seguir actualizando el sitio durante el resto del año, o si podré escribir todo lo que tenía en mente, pero creo que pude hacer un trabajo bastante bueno teniendo en cuenta todo lo que pasó, bueno y malo.
En conmemoración de esta fecha, 1º de septiembre, y gracias a que ahora tengo los medios necesarios, me di el gusto de cumplir un pequeño sueño y traerles un nuevo video, acerca del avión que inició el conflicto, lanzando las primeras bombas y derribando los primeros aviones enemigos: el Ju-87 Stuka. Con el video está el himno que se creó para este avión y sus pilotos, traducido lo más exactamente que pude. Espero que lo disfruten. Lamentablemente, no sé si podré seguir actualizando el sitio durante el resto del año, o si podré escribir todo lo que tenía en mente, pero creo que pude hacer un trabajo bastante bueno teniendo en cuenta todo lo que pasó, bueno y malo.
Stuka Lied (subtitulado) por Casus Belli from Gastón Flores on Vimeo.
martes, septiembre 01, 2009
El inicio de la Segunda Guerra Mundial
El comienzo de la Segunda Guerra Mundial estaba fechado para el 26 de agosto de 1939. Por supuesto que Adolf Hitler, el mayor responsable, no sabía que la invasión alemana de Polonia iba a desatar una guerra mundial, aunque tal vez lo intuía. De todas maneras, el verdadero comienzo de este evento tan destructivo estuvo rodeado de muchas extrañas situaciones que marcan varios inicios falsos del conflicto.
Hacia principios de 1939 Alemania había abandonado el tratado de no agresión con Polonia, y había comenzado una carrera diplomática para justificar lo injustificable. Hitler había señalado al 26 de agosto como el comienzo del ataque a Polonia. Hasta último momento había pedido demasiado a los diplomáticos británicos, sabiendo que estos y los polacos se negarían a sus reclamos.
Con las divisiones del ejército en marcha, Hitler recibió a las 6 de la tarde del 25 de agosto, dos noticias bastante nefastas. Primero fue una carta de Benito Mussolini, quien le advertía que Italia no podía entrar en guerra sino hasta 1942 (el mismo Hitler había marcado a sus oficiales superiores que la fecha de la guerra sería 1945, cuando su maquinaria bélica estuviera más madura, pero luego no cumplió su promesa; por su parte el Duce puso una excusa similar diciendo que su país no estaba listo todavía). La segunda noticia fue que Inglaterra y Polonia habían acordado firmar un acuerdo de asistencia mutua, lo que hacía imposible el deseo del Führer de que los ingleses no entraran en guerra con Alemania.
Con unas 60 divisiones avanzando hacia la frontera, Hitler dio la orden de detener todo, lo que fue cumplido con mucho esfuerzo por parte de sus oficiales. Sin embargo, al menos una unidad de comandos protagonizó un curioso evento. Enviados a tomar el paso de Jablunka, en un sitio muy escarpado de la frontera que albergaba una estación de radio y un destacamento polaco, aparentemente no recibieron la orden de radio.
La mañana del 26 de agosto, este destacamento de soldados a las órdenes del coronel Albrecht Herzner capturó la población y su estación de trenes. Como su misión era secreta y la orografía aparentemente muy mala, el grupo había salido varios días antes, para hacer coincidir su llegada con la planeada invasión. Las montañas pueden haber contribuido al hecho de que sus superiores no lograran contactarlos por radio. Lo cierto es que los comandos tomaron el destacamento, pero para el mediodía la esperada vanguardia alemana no había aparecido y los 2.000 prisioneros polacos seguían insistiendo en que nada sabían de la guerra entre ambos países. Finalmente, al coronel le llegó la orden de retirarse discretamente. Curiosamente, este asalto no volvió a repetirse el 1º de septiembre, sino recién el 2, y posiblemente tuvo una preparación diferente para no alertar a los ya prevenidos polacos.
Esto no fue más que una muestra de lo que vendría. Las operaciones de comandos para justificar el inicio de la guerra estuvieron a la orden del día pocos días más tarde. Hitler intentó nuevamente lograr concesiones irrealizables por parte de los polacos, fechando en el 1º de septiembre la invasión definitiva.
El día anterior, numerosos grupos de comandos de las SS crearon gran confusión en la frontera. Un hecho en particular sobresale al mostrar la desesperación de Hitler en crear excusas para la imposible agresión polaca.
El primero tuvo lugar a las 20 horas del 31 de agosto en Gleiwitz, una población alemana de la frontera. Alfred Naujocks, un oficial de la SS, dirigió a un pequeño grupo de soldados (aparentemente, 8 o 10, varios de los cuales eran convictos) vestidos con uniformes polacos, a tomar la estación de radio de dicho lugar. Los asaltantes llegaron al lugar y lo capturaron, ejecutando en el momento a un supuesto soldado alemán (en realidad era un prisionero adormecido con drogas y vestido como soldado). Una vez dentro de la estación, un soldado leyó al aire una declaración en polaco, diciendo que es momento de que Alemania y Polonia se enfrenten. Luego, los soldados de las SS hicieron algunos disparos (algunas fuentes dicen que ejecutando a los convictos, que ahora se hicieron pasar por soldados alemanes). Después de esto, huyeron con dirección a la frontera polaca. Los cuerpos quedaron tendidos y listos para ser usados como evidencia por las autoridades alemanas. Todo el poblado ha sido testigo de la agresión, y la noticia corre como reguero de pólvora.
A Naujocks la orden le había llegado el 10 de agosto, pero no fue el único que ejecutó órdenes similares. Estos comandos, aunque aparentaban ser polacos regresando a su lado de la frontera, una vez fuera de vista torcían su recorrido y volvían a bases alemanas.
Al día siguiente, Hitler tenía excusas suficientes como para declamar que esa noche tropas regulares polacas habían atacado Alemania, estipulando que a partir de las 05.45 de la madrugada se había iniciado la confrontación entre ambos países. Este anuncio se hizo a las 10 de la mañana en el Reichstag.
Se tiene por horario oficial de la Segunda Guerra Mundial esa hora, que fue en la cual se comenzó el cañoneo de posiciones polacas. Curiosamente el encargado de esto fue un viejo acorazado escuela de la Gran Guerra, que estaba amarrado en Danzig, el Schleswig-Holstein. Su objetivo eran polvorines polacos en la cima de una colina, a sólo 250 metros de sus bocas de fuego de 280 mm. En realidad, el acorazado aparentemente disparó a las 04.57 (hora local)
Sin embargo es un hecho poco conocido que, 21 minutos antes, una escuadrilla de aviones Stuka despegó de una base de Prusia Oriental. Su objetivo era un puente de hierro sobre el río Vístula, a 8 minutos de vuelo. Allí debían evitar que los polacos, que habían montado un sistema de demolición, lo destruyeran, y para eso debían cortar el alambre que iniciaría las detonaciones. Aunque tuvieron éxito en esta misión (que incluso se adelantó al horario oficial), de poco sirvió porque a las 6.30 los polacos pudieron dinamitar el puente.
Dos días más tarde, el 3 de septiembre de 1939, Inglaterra y Francia le declaraban oficialmente la guerra a Alemania, comenzando así la verdadera guerra mundial.
Hacia principios de 1939 Alemania había abandonado el tratado de no agresión con Polonia, y había comenzado una carrera diplomática para justificar lo injustificable. Hitler había señalado al 26 de agosto como el comienzo del ataque a Polonia. Hasta último momento había pedido demasiado a los diplomáticos británicos, sabiendo que estos y los polacos se negarían a sus reclamos.
Con las divisiones del ejército en marcha, Hitler recibió a las 6 de la tarde del 25 de agosto, dos noticias bastante nefastas. Primero fue una carta de Benito Mussolini, quien le advertía que Italia no podía entrar en guerra sino hasta 1942 (el mismo Hitler había marcado a sus oficiales superiores que la fecha de la guerra sería 1945, cuando su maquinaria bélica estuviera más madura, pero luego no cumplió su promesa; por su parte el Duce puso una excusa similar diciendo que su país no estaba listo todavía). La segunda noticia fue que Inglaterra y Polonia habían acordado firmar un acuerdo de asistencia mutua, lo que hacía imposible el deseo del Führer de que los ingleses no entraran en guerra con Alemania.
Con unas 60 divisiones avanzando hacia la frontera, Hitler dio la orden de detener todo, lo que fue cumplido con mucho esfuerzo por parte de sus oficiales. Sin embargo, al menos una unidad de comandos protagonizó un curioso evento. Enviados a tomar el paso de Jablunka, en un sitio muy escarpado de la frontera que albergaba una estación de radio y un destacamento polaco, aparentemente no recibieron la orden de radio.
La mañana del 26 de agosto, este destacamento de soldados a las órdenes del coronel Albrecht Herzner capturó la población y su estación de trenes. Como su misión era secreta y la orografía aparentemente muy mala, el grupo había salido varios días antes, para hacer coincidir su llegada con la planeada invasión. Las montañas pueden haber contribuido al hecho de que sus superiores no lograran contactarlos por radio. Lo cierto es que los comandos tomaron el destacamento, pero para el mediodía la esperada vanguardia alemana no había aparecido y los 2.000 prisioneros polacos seguían insistiendo en que nada sabían de la guerra entre ambos países. Finalmente, al coronel le llegó la orden de retirarse discretamente. Curiosamente, este asalto no volvió a repetirse el 1º de septiembre, sino recién el 2, y posiblemente tuvo una preparación diferente para no alertar a los ya prevenidos polacos.
Esto no fue más que una muestra de lo que vendría. Las operaciones de comandos para justificar el inicio de la guerra estuvieron a la orden del día pocos días más tarde. Hitler intentó nuevamente lograr concesiones irrealizables por parte de los polacos, fechando en el 1º de septiembre la invasión definitiva.
El día anterior, numerosos grupos de comandos de las SS crearon gran confusión en la frontera. Un hecho en particular sobresale al mostrar la desesperación de Hitler en crear excusas para la imposible agresión polaca.
El primero tuvo lugar a las 20 horas del 31 de agosto en Gleiwitz, una población alemana de la frontera. Alfred Naujocks, un oficial de la SS, dirigió a un pequeño grupo de soldados (aparentemente, 8 o 10, varios de los cuales eran convictos) vestidos con uniformes polacos, a tomar la estación de radio de dicho lugar. Los asaltantes llegaron al lugar y lo capturaron, ejecutando en el momento a un supuesto soldado alemán (en realidad era un prisionero adormecido con drogas y vestido como soldado). Una vez dentro de la estación, un soldado leyó al aire una declaración en polaco, diciendo que es momento de que Alemania y Polonia se enfrenten. Luego, los soldados de las SS hicieron algunos disparos (algunas fuentes dicen que ejecutando a los convictos, que ahora se hicieron pasar por soldados alemanes). Después de esto, huyeron con dirección a la frontera polaca. Los cuerpos quedaron tendidos y listos para ser usados como evidencia por las autoridades alemanas. Todo el poblado ha sido testigo de la agresión, y la noticia corre como reguero de pólvora.
A Naujocks la orden le había llegado el 10 de agosto, pero no fue el único que ejecutó órdenes similares. Estos comandos, aunque aparentaban ser polacos regresando a su lado de la frontera, una vez fuera de vista torcían su recorrido y volvían a bases alemanas.
Al día siguiente, Hitler tenía excusas suficientes como para declamar que esa noche tropas regulares polacas habían atacado Alemania, estipulando que a partir de las 05.45 de la madrugada se había iniciado la confrontación entre ambos países. Este anuncio se hizo a las 10 de la mañana en el Reichstag.

Sin embargo es un hecho poco conocido que, 21 minutos antes, una escuadrilla de aviones Stuka despegó de una base de Prusia Oriental. Su objetivo era un puente de hierro sobre el río Vístula, a 8 minutos de vuelo. Allí debían evitar que los polacos, que habían montado un sistema de demolición, lo destruyeran, y para eso debían cortar el alambre que iniciaría las detonaciones. Aunque tuvieron éxito en esta misión (que incluso se adelantó al horario oficial), de poco sirvió porque a las 6.30 los polacos pudieron dinamitar el puente.
Dos días más tarde, el 3 de septiembre de 1939, Inglaterra y Francia le declaraban oficialmente la guerra a Alemania, comenzando así la verdadera guerra mundial.
lunes, agosto 31, 2009
Ingenio a toda costa
Luego del cruce de los Alpes, Aníbal fue engañado por sus guías y cayó en una trampa tendida por los romanos, quedando acorralado en un valle cuyas únicas salidas estaban controladas por los ejércitos de Roma. Lo que podría hacer sido una masacre y una espantosa derrota fue convertida por el famoso estratega en una aplastante victoria. En medio de la oscuridad de la noche, soltó en las montañas a 2.000 vacunos con antorchas encendidas atadas a los cuernos. Los romanos, al ver la estampida de semejante manada de bestias infernales, huyeron aterrorizados y le dejaron libre el paso a Aníbal.
sábado, agosto 29, 2009
Sol de Austerlitz
Durante la batalla de Austerlitz, el 2 de diciembre de 1805, ocurrió un hecho curioso que quedó grabado en la historia militar.
Luchando el ejército de Napoleón contra las tropas del emperador Alejandro I de Rusia y de Francisco II de Austria (por lo que se la conoció como "la batalla de los tres emperadores"), el genial militar francés logró, con hábiles maniobras, confundir y separar ambas formaciones, atacándolas por separado. Parte de las fuerzas rusas fueron empujadas hacia una zona de estanques de agua congelada. El penetrante calor del "sol de Austerlitz" provocó el debilitamiento de la capa de hielo sobre las que combatían las tropas rusas, que no podían romper el cerco francés pero resistían encarnizadamente.
Hacia el anochecer, muchos soldados rusos intentaron escapar por los pantanos congelados, rompiéndose en muchas partes el hielo a causa del peso. En un arrebato de astucia estratégica, Napoleón ordenó a su artillería que abriera fuego contra la capa de hielo, apresurando así la muerte de muchos enemigos.
Las consecuencias fueron importantísimas para el desarrollo de la campaña. El Imperio Ruso perdió 10.000 hombres, y 6.000 las fuerzas austríacas. Esta última nación se vio obligada a firmar la paz con Francia, retirándose de la alianza que varios países europeos habían firmado para luchar contra el Imperio Napoleónico.
Luchando el ejército de Napoleón contra las tropas del emperador Alejandro I de Rusia y de Francisco II de Austria (por lo que se la conoció como "la batalla de los tres emperadores"), el genial militar francés logró, con hábiles maniobras, confundir y separar ambas formaciones, atacándolas por separado. Parte de las fuerzas rusas fueron empujadas hacia una zona de estanques de agua congelada. El penetrante calor del "sol de Austerlitz" provocó el debilitamiento de la capa de hielo sobre las que combatían las tropas rusas, que no podían romper el cerco francés pero resistían encarnizadamente.
Hacia el anochecer, muchos soldados rusos intentaron escapar por los pantanos congelados, rompiéndose en muchas partes el hielo a causa del peso. En un arrebato de astucia estratégica, Napoleón ordenó a su artillería que abriera fuego contra la capa de hielo, apresurando así la muerte de muchos enemigos.
Las consecuencias fueron importantísimas para el desarrollo de la campaña. El Imperio Ruso perdió 10.000 hombres, y 6.000 las fuerzas austríacas. Esta última nación se vio obligada a firmar la paz con Francia, retirándose de la alianza que varios países europeos habían firmado para luchar contra el Imperio Napoleónico.
jueves, agosto 27, 2009
Doble reconocimiento
Durante la batalla de Alejandría del 21 de marzo de 1801, en donde se enfrentaron las fuerzas inglesas y francesas, se registró una batalla tan encarnizada que dio lugar a dos hechos muy curiosos.
Como el ataque fue al atardecer, en la oscuridad el regimiento inglés de infantería 28 (Gloucestersshires) se vio atacado por el frente y por detrás. Como mantuvieron sus posiciones a toda costa, más tarde esta conducta les valió el honor de llevar dos distintivos de regimiento, uno en el frente u otro en el dorso del morrión.
Así, la lucha alcanzó tal intensidad que pronto los dos ejércitos agotaron sus municiones. Se adoptó la opción más lógica: las unidades francesas y británicas prosiguieron la batalla a pedradas, lo cual produjo algunas bajas. Finalmente, la victoria fue británica.
Como el ataque fue al atardecer, en la oscuridad el regimiento inglés de infantería 28 (Gloucestersshires) se vio atacado por el frente y por detrás. Como mantuvieron sus posiciones a toda costa, más tarde esta conducta les valió el honor de llevar dos distintivos de regimiento, uno en el frente u otro en el dorso del morrión.
Así, la lucha alcanzó tal intensidad que pronto los dos ejércitos agotaron sus municiones. Se adoptó la opción más lógica: las unidades francesas y británicas prosiguieron la batalla a pedradas, lo cual produjo algunas bajas. Finalmente, la victoria fue británica.
martes, agosto 25, 2009
Duda razonable
El general francés Jean Martiner era un hombre muy odiado por sus soldados, debido al entrenamiento severo que les daba a los soldados de Luis XIV para mantenerlos en forma. Se sabe que fue víctima del fuego de artillería de sus propios hombres cuando encabezaba una carga, pero no hay datos suficientes como para afirmar que fue algo más que un error.
lunes, agosto 24, 2009
Nueva dirección: www.cssbl.com
En estos días he sumado a la web el dominio: www.cssbl.com (también disponible en cssbl.com). Es la misma web, así que no tienen que temer nada. De todas maneras, les aviso para que nadie crea que me la han robado (ha habido casos por ahí de cosas similares), ni de nada parecido. No es más que otra posibilidad de encontrar la página a través de los buscadores, ahora en búsquedas internacionales (ya que el .com.ar tiende a ser visto mejor solamente en Argentina).
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casus belli
domingo, agosto 23, 2009
Profecía autocumplida
En el año 413 a. C., las huestes atenienses de Demóstenes estaban sitiando Siracusa. Sin embargo, las cosas no estaban funcionando bien, pues su ejército se encontraba semicercado a causa de los refuerzos que recibía el enemigo. Para colmo, una enfermedad estaba minando las fuerzas atenientes en la zona.
De manera que Demóstenes convenció al comandante supremo, Nicias, de levantar el sitio antes de ser arrollados por el enemigo. Cuando se estaban retirando, ocurrió un eclipse de luna, que Nicias consideró de mal agüero; de forma que decretó un aplazamiento de la retirada por espacio de "tres veces nueve días", que prescribieron los adivinos. A pesar de la desesperación de Demóstenes, el ejército ateniense, Nicias y él mismo, no tardaron en pasar a mejor vida.
De manera que Demóstenes convenció al comandante supremo, Nicias, de levantar el sitio antes de ser arrollados por el enemigo. Cuando se estaban retirando, ocurrió un eclipse de luna, que Nicias consideró de mal agüero; de forma que decretó un aplazamiento de la retirada por espacio de "tres veces nueve días", que prescribieron los adivinos. A pesar de la desesperación de Demóstenes, el ejército ateniense, Nicias y él mismo, no tardaron en pasar a mejor vida.
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curiosidades históricas
viernes, agosto 21, 2009
Fatal honor
El único hombre que la Armada de los Estados Unidos colgó por motín fue un hijo de un secretario de Guerra. En 1842, el guardiamarina Phillip Spencer fue declarado culpable, junto con otros dos marineros, de conspirar para usar su barco, el USS Somers, en actos de piratería.
miércoles, agosto 19, 2009
El francotirador más certero de la historia
Una figura muchas veces ignorada de la historia, sobre todo teniendo en cuenta su participación en un rincón de la Segunda Guerra Mundial muchas veces olvidado, es Ximo Häyhä, quien debería ocupar el primer lugar en la lista de francotiradores mundiales, y también el primero en la Segunda Guerra Mundial, si se considera la Guerra Ruso-Finesa como parte de dicho conflicto. Durante esta guerra, Ximo derribó a 505 efectivos soviéticos (aunque otras fuentes hablan de 542). Además, mató a 200 más utilizando un subfusil, arma con la cual también demostró su pericia. [Gracias a Baltasar Mendez por todos los datos enviados]. Los soviéticos lo conocían simplemente como la muerte blanca; como era de escasa estatura (apenas pasaba del metro y medio), la tarea de esconderse no era era difícil.
Curiosamente, es posible que tenga otro record al ser el francotirador más logevo, ya que sobrevivió a la guerra, incluyendo una grave herida, y murió pasados los 90 años. El último día de la guerra fue alcanzado por una bala expansiva que le fracturó la mandíbula. Fue considerado, con justa razón, un héroe en Finlandia, retirándose como sagundo teniente y dedicándose posteriormente a la caza, su mayor hobbie. Incluso hoy existe un torneo de caza que lleva su nombre.
A diferencia de muchos de sus adversarios, Ximo no utilizaba rifles de gran precisión. Durante toda su carrera utilizó un rifle finés sin mira telescópica, un Mosin Nagant M28, y rechazó los modelos soviéticos capturados que pretendían darle.
Hay que tener en cuenta a otro finés, Sulo Kolkka, quien en el mismo conflicto ruso-finés mató a más de 400 soviéticos con un rifle Mosin Nagant sin miras especiales (al igual que Ximo).
Los soviéticos por su parte también tuvieron grandes francotiradores que le hicieron difícil la contienda a los alemanes. Curiosamente, utilizaban para esta tarea su propia versión del fusil Mosin Nagant, de retorcida historia durante todo el siglo XX.
El francotirador soviético más famoso de la época y tal vez de la historia es posiblemente el siberiano Vasili Zaitsev, de la división de Batiuk. Su historia aparece ficcionada en la película Enemy at the Gates (traducido como Enemigo al acecho). Prometió matar a 150 alemanes antes de la celebración de la Revolución de Octubre (de 1942), pero llegó apenas a 149. Hubo un verdadero culto a la imagen del francotirador y a él en persona, tanto que aparentemente los alemanes enviaron a su mejor francotirador (un oficial llamado Konig o Thorvald) para matarlo. Sin embargo, ganó el soviético. Este mito es explotado en la película, aunque no hay datos alemanes que lo sustenten: al parecer fue toda una invención de la propaganda ya que no existen registros de un oficial alemán con ninguno de esos nombres. Finalmente, Zaitzev terminó la guerra con 400 muertes confirmadas, aunque hubo varios compañeros de su causa que llegaron a mucho más, como Ivan Sidorenko (500) o Nikolay Yakovlevich Ilyin (496).
Es interesante descubrir que hay muchas mujeres soviéticas en la lista de los francotiradores más mortales, debido a la gran cantidad de mujeres reclutadas para la defensa de su país. De ellas la más exitosa fue la ucraniana Lyudmila Pavlichenko, con 309 muertes confirmadas.
Curiosamente, es posible que tenga otro record al ser el francotirador más logevo, ya que sobrevivió a la guerra, incluyendo una grave herida, y murió pasados los 90 años. El último día de la guerra fue alcanzado por una bala expansiva que le fracturó la mandíbula. Fue considerado, con justa razón, un héroe en Finlandia, retirándose como sagundo teniente y dedicándose posteriormente a la caza, su mayor hobbie. Incluso hoy existe un torneo de caza que lleva su nombre.
A diferencia de muchos de sus adversarios, Ximo no utilizaba rifles de gran precisión. Durante toda su carrera utilizó un rifle finés sin mira telescópica, un Mosin Nagant M28, y rechazó los modelos soviéticos capturados que pretendían darle.
Hay que tener en cuenta a otro finés, Sulo Kolkka, quien en el mismo conflicto ruso-finés mató a más de 400 soviéticos con un rifle Mosin Nagant sin miras especiales (al igual que Ximo).
Los soviéticos por su parte también tuvieron grandes francotiradores que le hicieron difícil la contienda a los alemanes. Curiosamente, utilizaban para esta tarea su propia versión del fusil Mosin Nagant, de retorcida historia durante todo el siglo XX.
El francotirador soviético más famoso de la época y tal vez de la historia es posiblemente el siberiano Vasili Zaitsev, de la división de Batiuk. Su historia aparece ficcionada en la película Enemy at the Gates (traducido como Enemigo al acecho). Prometió matar a 150 alemanes antes de la celebración de la Revolución de Octubre (de 1942), pero llegó apenas a 149. Hubo un verdadero culto a la imagen del francotirador y a él en persona, tanto que aparentemente los alemanes enviaron a su mejor francotirador (un oficial llamado Konig o Thorvald) para matarlo. Sin embargo, ganó el soviético. Este mito es explotado en la película, aunque no hay datos alemanes que lo sustenten: al parecer fue toda una invención de la propaganda ya que no existen registros de un oficial alemán con ninguno de esos nombres. Finalmente, Zaitzev terminó la guerra con 400 muertes confirmadas, aunque hubo varios compañeros de su causa que llegaron a mucho más, como Ivan Sidorenko (500) o Nikolay Yakovlevich Ilyin (496).
Es interesante descubrir que hay muchas mujeres soviéticas en la lista de los francotiradores más mortales, debido a la gran cantidad de mujeres reclutadas para la defensa de su país. De ellas la más exitosa fue la ucraniana Lyudmila Pavlichenko, con 309 muertes confirmadas.
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