sábado, mayo 30, 2009

Japlish

Los aficionados al anime y los que hayan visto anuncios o revistas en japonés habrán notado que en este país hay una forma muy particular de usar el inglés. Muchas palabras se han colado directamente en su idioma, en donde sobresalen bastante al ser pronunciados. Pero no se trata solamente de palabras que reflejan conceptos modernos o importados, sino que también el inglés a veces se usa extravagantemente, ya sea en títulos de series, en nombres de productos y malas traducciones, creando estructuras gramaticales contradictorias o combinaciones de palabras sin sentido. A este japonés-inglés se lo ha denominado japlish.

Se puede decir que el japlish surgió al final de la Segunda Guerra Mundial, momento en el cual Estados Unidos influyó fuertemente en la construcción de la democracia nipona, en la reestructuración de su estructura civil y militar. Desde finales del siglo XIX, Japón había vivido aislado de todas las culturas extranjeras, y no existía por lo tanto contacto con otros idiomas (aunque sí lo había habido en la época anterior). Por otra parte, el gobierno tradicionalista y nacionalista que había dominado su política por décadas había hecho todo lo posible por exaltar la cultura nipona por sobre las otras.

Pero al ser ocupado el país por Estados Unidos, todo cambió. Japón se abrió a Occidente y principalmente a la cultura estadounidense, adoptándose de a poco palabras, usos y costumbres. Tanto fuera por moda, por necesidad o por cuestión económica (el dinero estadounidense traído por los soldados ayudó mucho a remontar las finanzas de los civiles que vendían sus servicios), los japoneses fueron incorporando palabras sueltas y ciertos rudimentos del inglés, aunque evidentemente, la falta de una enseñanza formal del idioma ayudó a que comenzaran a surgir anuncios como estos:


El gesto de sorpresa del soldado tal vez está estudiado y la foto es una pose, pero no es de sorprender que muchos colegas lo hayan repetido de manera más espontánea. El local del anuncio es una lavandería, pero lo demás no tiene sentido.

Actualmente, aunque los jóvenes japoneses aprenden inglés en la escuela, el japlish sigue floreciendo en algunos anuncios publicitarios y títulos de series de anime, así como en otro momento fue norma común en muchos de los primeros videojuegos japoneses exportados, que carecían de una traducción decente.

lunes, mayo 25, 2009

El teniente J. R. R. Tolkien

Pocos saben que la primera gran obra de J. R. R. Tolkien, famosísimo autor de la trilogía El Señor de los Anillos y de El Hobbit, comenzó a escribirse en un hospital militar, mientras el escritor se recuperaba de su paso por las trincheras de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

Habiéndose graduado antes de presentarse como voluntario (cuando en Inglaterra aún no regía el reclutamiento militar obligatorio), recibió automáticamente un puesto de oficial como teniente segundo, a mediados de 1915. En esa época, era normal que los oficiales fueran reclutados de entre los egresados universitarios (incluso, su mejor amigo C. S. Lewis cursó en Oxford solamente un semestre en 1916 para aumentar sus antecedentes antes de ingresar).

El año anterior había tenido lugar una verdadera carnicería: Tolkien perdió a todos menos a dos de sus amigos de la infancia. Sin embargo, como muchos otros ingleses, creía en su obligación de servir a su patria como fuera más necesario, y eso incluía hacer tareas que no le atraían mucho.

Como todos los soldados participantes del conflicto, Tolkien sufrió tanto el aburrimiento como las espantosas batallas de la Gran Guerra, lo que para muchos marcó totalmente su carácter y su forma de encarar la vida. Aunque no fue herido, sí sufrió de la fiebre de las trincheras, transmitida por la enorme cantidad de piojos que todos en el frente padecieron, desde el oficial de mayor graduación hasta el soldado más humilde.

Fue así como terminó en el hospital, hacia finales de 1916. Siendo una persona poco organizada, no es raro que, estando muy aburrido, se haya puesto a escribir (en el frente, según lo declaró en una ocasión, era imposible hacerlo, entre otras cosas por la suciedad). Allí comenzó a delinear la primera versión (de muchas) de El Silmarillion, una saga sobre unas joyas creadas por elfos que terminaban desatando enormes guerras y calamidades.

Durante décadas, Tolkien continuó escribiendo esta obra, adaptándola para que encajara como mito de la creación del mundo ideado para El Señor de los Anillos (trilogía que cubre parte de la Tercera Edad del mundo, mientras que El Silmarillion, mucho más complejo, abarca los largos siglos de la Primera y la Segunda, y la primera parte de la Tercera). A pesar de ser la primera gran obra que comenzó a escribir, nunca la terminó y tuvo que ser publicada póstumamente por su hijo Christopher.

Tolkien tuvo problemas financieros toda su vida (excepto en sus últimos años, gracias al éxito de su aclamada trilogía). Sin embargo, nunca reclamó la pensión que merecía por ser veterano de guerra ni por su convalescencia (la fiebre de trinchera estaba considerada como una forma de incapacidad, y Tolkien tuvo muchos problemas de salud por un tiempo). Tampoco solicitó las medallas ni condecoraciones que merecía por haber participado en la ofensiva del Somme, de la cual salió milagrosamente ileso (fue una de las mayores carnicería de un conflicto ya de por sí sangriento). Aunque la guerra seguramente lo marcó negativamente y le dejó muchas secuelas emocionales, su sentido del deber y del honor le marcaban que debía cumplir la tarea dada por su patria sin pedir nada a cambio.

viernes, mayo 22, 2009

Nuestra flota va a la Luna

Los caminos de la fortuna fueron realmente muy extraños para la flota del Kaiser Guillermo II durante la Primera Guerra Mundial. Acosados por la Royal Navy, los que sobrevivieron al conflicto fueron internados en la base naval de Scapa Flow, hasta el año 1919. La guerra, si bien terminó técnicamente en 1918, continuaba latente hasta que no se firmara una serie de acuerdos de guerra formales, los cuales tardaron mucho tiempo en debatirse.

Mientras tanto, las tripulaciones vivían a bordo y, por diversas razones, comenzaron a creer que los ingleses se apoderarían de sus barcos, maniobra que ningún marino podría soportar. Los capitanes decidieron entonces hundir la flota completa antes de permitir su captura, inundando los buques a una orden coordinada para que no hubiera rendición posible.

Todo se llevó a la práctica a la perfección en la fecha planeada, llenando el fondo de la zona con numerosos buques en perfecto estado. Solamente unos pocos buques se salvaron.

Muchos años después, parte de esa flota logró llegar a la Luna de la mano de los proyectos Apollo estadounidenses. ¿Cómo sucedió esto? Los aparatos de medición espaciales necesitaban ser muy precisos para medir la radiación del espacio exterior. Para ellos se necesita acero muy puro; el problema es que para hacer acero se necesitan enormes cantidades de aire. Luego de 1945, las constantes explosiones nucleares de prueba habían llenado la atmósfera terrestre de todo tipo de sustancias radioactivas, las cuales contaminaban el acero producido. Ese acero daría lecturas erróneas al ser utilizado en los programas espaciales: la cantidad no es letal ni muy significativa a nivel humano, pero sí a nivel científico.

La solución fue reflotar parte de esta flota alemana, que estaba construida con el mejor acero de la época, y que al estar sumergida en el océano antes de 1945, no están contaminadas radioactivamente. De esta manera la flota del Kaiser Guillermo II ha logrado llegar a la Luna e incluso estar en la sonda Voyager, que ya ha salido hace tiempo del Sistema Solar.

Obviamente este tipo de maniobras no es algo normal, ya que generalmente los buques de guerra se hunden con su tripulación (o una parte de ella), lo cual los convierte automáticamente en tumbas que deben ser respetadas. En el caso de la flota perdida en Scapa Flow, la falta de muertos ha permitido hacer esto, más allá de las quejas del gobierno alemán. En otros casos donde se ha tratado de reflotar buques alemanes perdidos en la Segunda Guerra Mundial, todo termina cuando se menciona la cuestión de la tripulación que sigue estando allí sumergida.

martes, mayo 19, 2009

Cuestión de números

Solamente durante la Primera Guerra Mundial, se fabricaron cerca de 100.000 millones de balas, suficientes como para matar unas 45 veces a toda la población mundial.

viernes, mayo 15, 2009

No sólo los humanos

Luego de haber sobrevivido al infernal fuego de las trincheras durante la Primera Guerra Mundial, un mono sudafricano que era la mascota de la tropa fue condecorado con una medalla y ascendido al grado de cabo.

lunes, mayo 11, 2009

Probada confiabilidad

Mucho se ha hablado sobre cómo la ametralladora revolucionó el campo de batalla en la Gran Guerra, y cómo los ejércitos de ambas partes no supieron comprender esto a tiempo para cambiar sus tácticas. Y es que, además de terriblemente potentes, las ametralladoras de la época eran también extremadamente confiables.

La Vickers inglesa probó sin duda de lo que estaba hecha en la batalla del Somme de agosto de 1916, cuando diez de estas ametralladoras dispararon de manera ininterrumpida durante 12 horas. En este período se dispararon casi 1 millón de cartuchos (se dice que faltaron solamente 250 para llegar a este cifra), y las únicas interrupciones fueron para el mantenimiento mínimo (aceitado y cambio de cañones desgastados, principalmente). Se gastaron unos 100 cañones, y cuando se terminaron los 50 litros de agua disponibles para el sistema refrigerantes, los servidores de las piezas sencillamente utilizaron su propia orina.

El modelo utilizado por los franceses, la Hotchkiss, también demostró lo suyo en esa época. En la defensa de Verdún de ese mismo año, dos de estas ametralladoras dispararon de manera continua durante casi diez días (como en el caso anterior, deteniendose obviamente para recargar y cambiar cañones desgastados y aceitar el arma). Como en el caso inglés, salvo algún encasquillamiento aislado, las máquinas continuaron funcionando perfectamente.

Por otra parte, el modelo alemán, la Maxim, no tiene nada que envidiarle. De ella, de hecho, se derivó la Vickers, y por muchas décadas, la Maxim fue utilizada por muchos países en grandes cantidades, incluso en la Segunda Guerra Mundial. Sirvió en zepelines alemanes y en todo tipo de montajes portátiles para los soviéticos, chinos y otros países hasta la década de 1950, y hasta se la pudo ver en servicio en la guerra de Vietnam por parte de guerrilleros y tropas comunistas.

jueves, mayo 07, 2009

La tregua de Navidad de 1914

La batalla de Ypres, a finales de 1914, paralizó momentáneamente la guerra. En ella habían muerto un cuarto de millón de personas, en un espacio de terreno bastante pequeño. Se alejaba la idea propagandística de terminar la guerra antes de fin de año, que había sido diseminada por ambos bandos al menospreciar al enemigo.

Llegó así la Noche Buena, que tuvo luna llena, iluminando un campo de batalla de pesadilla. Los soldados ingleses se percataron, extrañados, de que los alemanes no mostraban la actividad febril de todas las noches. Por otra parte, comenzaron a surgir luces, a las cuales ninguno de sus centinelas se dispuso a disparar. Rápidamente se dieron cuenta de que se trataban de árboles de navidad.

Repentinamente, los alemanes comenzaron a cantar Stille Nacht, Heilige Nacht (Noche de paz, noche de amor), a escasos 50 metros de las trincheras enemigas. En cualquier otro momento, esto hubiera sido impensable y hubiera atraído el fuego inglés. Pero no esa noche. En cambio, los ingleses comenzaron a replicar con sus propios cantos de navidad. Durante una hora continuó esto; cada trinchera alentó a los enemigos a salir, pero ninguno se animó a hacerlo en la noche.

Había comenzado la Tregua de Navidad de 1914.

Más adelante un soldado alemán se atrevió a cantar Noche de paz de pie, convirtiéndose en un blanco perfecto. Para horror de muchos, al poco tiempo un grupo de soldados alemanes comenzó a caminar por la Tierra de Nadie con las manos en los bolsillos, desarmados. Nadie les disparó. Por el contrario, algunos efectivos ingleses los imitaron, encontrándose al poco tiempo en el territorio por el cual antes habían matado y muerto.

Estas pequeñas muestras de cordialidad se fueron repitiendo por todas partes en la zona de Ypres. En algunas partes, los soldados británicos dispararon al aire para asustar a los alemanes que salían de sus trincheras, pero aparentemente en ninguna parte hubo muertos. Sin embargo, en la mayoría de los casos los alemanes y británicos se encontraban en medio de la tierra de nadie, se daban la mano y acordaban una tregua informal para el día siguiente.

El luego comandante Leslie Walkington, entonces un fusilero de 17 años, recuerda que "todo ocurió espontáneamente, en forma muy misteriosa. Un espíritu más fuerte que el de la guerra prevaleció aquella noche."

Al día siguiente, la tregua se respetó a rajatabla. Pero lejos de permanecer en sus trincheras a descansar, ambos bandos se acercaron y continuaron confraternizando. Se sacaban fotos y conversaban. Rápidamente se organizaron partidos de fútbol con latas en lugar de pelotas, y cascos como arcos. Un soldado escocés sacó a relucir un verdadero balón y se organizó un partido más oficial, que aparentemente los alemanes ganaron por 3 a 2. Ni siquiera en estos encuentros relucía la agresividad previa, y se dice que se jugó con mucha caballerosidad; si había algún caído por una jugada fuerte, los adversarios lo ayudaban a levantarse.

Hubo intercambio de botones, cascos y otras cosas como recuerdo. Cada soldado trataban de llamar la atención de los soldados antes enemigos, haciendo uso de alguna de sus capacidades. Se compartieron comida e incluso regalos de Navidad.

Otra labor, esta más desagradable pero igualmente necesaria, fue el enterrar los cadáveres. En esta furiosa contienda, solía suceder con regularidad que los muertos caían en la Tierra de Nadie, y quedaban allí sin recibir sepultura, descompomponiéndose al aire libre. Rápidamente los antiguos contendientes se organizaron para rendir honores a sus camaradas caídos. Se celebraron ceremonias religiosas; hasta los capellanes desobedecieron las órdenes de sus superiores cuando trataban de evitar que los soldados rasos salieran de las trincheras.

En los sectores con soldados franceses, cuya patria estaba siendo invadida, no todo fue tan bien. Algunas ofertas de tregua fueron denegadas a tiros por los franceses. Sin embargo, un capitán de este origen se dedicó, durante la tarde de Navidad, a dar un pequeña concierto con trompetas, violines y otros instrumentos. Terminada la obra, un oficial alemán hizo una reverencia apreciando el gesto navideño, mientras todos aplaudían.

Obviamente, en ambos bandos los soldados se dieron cuenta de que sus superiores no debían saber nada de dicha tregua. Los oficiales que estaban en el campo o la apoyaban o tenían una desconfiada indiferencia; no sucedería lo mismo con los oficiales que vinieran de fuera.

Por eso, cuando los soldados ingleses se enteraron de que un brigadier llegaba para hacer una inspección ante los rumores, aprestaron todo para simular que seguían en guerra. Avisados, los alemanes también se escondieron en sus trincheras. El brigadier encontró todo como debía: los hombres en sus puestos detrás de las ametralladoras, centinelas... pero había un alemán asomando de una trinchera y nadie le disparaba. Ordenó hacer fuego contra él; el tirador, no queriendo romper la tregua, erró deliberadamente tres veces: primero por mucho, luego por menos y finalmente por muy poco. El alemán se dio cuenta y se arrojó al suelo haciendo gesto de haber sido herido. El brigadier se fue complacido.

Todo había vuelto a la normalidad por ese día. Incluso las aves se escuchaban de nuevo, y se narran escenas de soldados alimentándolas. Pero todo estaba por terminar. Los oficiales en el campo dejaban hacer, pero las noticias corrieron de manera tal que era imposible ignorarlas. No podía disfrazarse de casualidad que un 25 de diciembre la guerra furiosa se detuviera así como si nada. El Alto Mando inglés se enteró y sus representantes montaron en cólera. Posiblemente lo mismo pasó del lado alemán. Semejante falta de disciplina les resultaba intolerable. No es de extrañarse; al menos los ingleses habían gastado enormes esfuerzos de propaganda para hacer parecer a los alemanes como salvajes, calificándolos de "hunos" y desperdigando cuentos sobre atrocidades que no habían cometido (ni nunca cometerían). El verlos como personas normales desbarataba esos esfuerzos.

Sin embargo, la tregua duró unos días más. Aunque en algunas partes el combate se reinició el 26, en otros sectores se esperó hasta el 29. En ese día, sencillamente, desde ambas partes se comenzaron a llamar a sus soldados, estos volvieron a las trincheras y volvieron a disparar. Nunca más existió una tregua similar durante la Gran Guerra.

Hay quienes quieren creer que, de continuar unos días más, la tregua hubiera puesto fin a la guerra. Lamentablemente, nunca se sabrá.

lunes, mayo 04, 2009

Idas y venidas de Hitler

Adolf Hitler, a pesar de ser el líder de uno de los ejércitos más poderosos de su tiempo, no tuvo una gran carrera militar, como muchos de sus subordinados. De hecho, siendo ciudadano austríaco tenía la obligación, a los 20 años, de presentarse para el servicio militar, y de hacerlo cada año hasta que cumpliera los 24. En 1913, habiendo cumplido esa edad sin que las autoridades lo arrestaran, se mudó a Munich, en Alemania, persiguiendo su sueño de ser pintor.

En enero de 1914 las autoridades alemanas lo detuvieron ya que había órdenes en el vecino país de enviarlo hasta Linz, en donde debía reportarse ante la junta de reclutamiento. Aterrado ante la idea de ser encarcelado, convenció al cónsul austríaco de que le perdonaran su indiscreción. Dos semanas más tarde se le hizo un exámen médico que lo declaró no apto ni para el combate ni para las tareas auxiliares, a causa de ser "demasiado débil".

Volvió a Munich, en donde lo sorprendió la declaración de guerra. Pese a ser ciudadano austríaco se presentó como voluntario para luchar, siendo asignado al 16º Regimiento de Infantería de Reserva. Es bastante probable que sólo la gran necesidad de soldados haya permitido que alguien como él, extranjero y además de salud débil, fuera enrolado en una unidad de combate.

La suerte lo acompañó; en una carta comenta cómo en una operación su regimiento se vio reducido de 3.500 hombres a solo 600. Además, aparentemente, se comportó con valor, tal vez deseando demostrar que, a pesar de sus problemas físicos, podía seguir adelante.

En diciembre de 1914 fue condecorado con la Cruz de Hierro de Segunda Clase, y el último año de la guerra recibió una distinción todavía mayor, la Cruz de Hierro de Primera Clase. Curiosamente, no se sabe a ciencia cierta qué hizo exactamente para ganar dichas medallas, ya que los registros del regimiento no lo mencionan llevando a cabo acciones especialmente heroicas. Hitler nunca habló sobre el tema. Una razón puede ser que, irónicamente, la persona que lo recomendó para recibir dichas medallas fue un judío, Hugo Gutmann, que era asistente de dicho regimiento.

jueves, abril 30, 2009

Vida y muerte de los cazas

Es un hecho bastante sabido que la tecnología presente en todas las facetas de la vida ha ido aumentando en cantidad y sofisticación desde al menos el final de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, este proceso, en áreas militares, viene desarrollándose desde el mismo nacimiento de ciertas tecnologías, apresuradas justamente por las necesidades de la guerra.

Un ejemplo cabal lo tenemos en el diseño, construcción y vida útil de los aviones caza. En 1914, Pemberton-Billing diseñó, construyó y probó un caza totalmente nuevo en solamente siete días. En esa época, el tiempo necesario para estas tareas no solía pasar de los dos meses, construyéndose con enorme rapidez las unidades de un avión que era rápidamente reemplazado por un modelo nuevo o una evolución del anterior.

En comparación, un avión de guerra actual como el Eurofighter o el F-22 tarda unos 20 años en cubrir todas esas etapas. Lejos de compartir su servicio activo con otros diseños, actualmente todas las Fuerzas Aéreas del mundo tienen un solo modelo para las mismas tareas, de manera de reducir los enormes costos de desarrollo, construcción y mantenimiento.

En el costo se puede ver la otra parte de la historia. En teoría, por el precio de un avión de guerra de 60 millones de dólares se podrían comprar unos 10.000 Spitfire de la Segunda Guerra Mundial. El hecho de que muchos aviones modernos ya superan largamente esa cifra marca a las claras la escalada de precios: en diez años de producción (de 1938 a 1948) se produjeron 20.351 unidades de este aparato en todas sus versiones. De esto se desprende, al menos en números fríos, que con un solo reactor actual se podría comprar la producción total de Spitfires.

En comparación, el F-22 no llegó a las 200 unidades de producción, mientras que del Eurofighter se planea la construcción de 471 unidades para cuatro países.

Finalmente, hay que decir que en ambas guerras mundiales, la vida útil promedio de un caza era de dos meses. Actualmente, los aviones de cualquier época suelen ser sometidos a numerosos programas de renovación y actualización, de manera que no son pocos los modelos que superan los 20 o 30 años de servicio, aunque generalmente no en primera línea.

Otra cuestión es que se mantienen en línea de producción durante más tiempo. Un caso muy gráfico es el del F-4 Phantom II, producido entre 1958 y 1981. Generalmente, la última tarea que cumplen estos reactores es como blancos teledirigidos para la práctica con misiles: se les aprovecha hasta la última hora de vuelo.

viernes, abril 24, 2009

Oídos sordos

La historia de la invención del tanque de guerra o carro de combate está marcada por el exceso de tradicionalismo, que llevó a los militares a rechazar una y otra vez un concepto que luego demostraría poder revolucionar la guerra totalmente.

Durante 5 años, desde 1904 hasta 1909, un ingeniero inglés llamado David Roberts, empleado en un alto cargo de una empresa inglesa, trató de vender la idea de un tractor para remolcar piezas de artillería. Una parte del ejército inglés quería evaluar el proyecto, y hacia 1908 un oficial le dijo a Roberts que lo que tendría que diseñar era un vehículo con blindaje, capaz de llevar su propia arma montada, en lugar de remolcarla. Sin embargo, luego de cinco años de batallar contra la burocracia y la indecisión de los militares ingleses, el inventor dejó de lado todas esas ideas.

Luego fueron los austríacos los que pudieron llevar a cabo el concepto. Guenther Burstyn, un ingeniero de este país, diseñó un vehículo acorazado hacia 1911, inspirados en los tractores que comenzaban a surgir por esa época. Este vehículo ya incorporaba una torreta móvil. La movilidad la proporcionaban dos pares de ruedas montadas en estructuras como brazos articulados; un par adelante y otro atrás. El gobierno austríaco aceptó la idea... pero le pidió al mismo inventor que probara tener el dinero suficiente como para construir un prototipo. Como Burstyn no tenía el dinero ni los contactos suficientes como para pedir un préstamo, tuvo que abandonarlo. Más adelante se lo ofreció al gobierno alemán, pero con nuevos resultados adversos.

Casi al mismo tiempo, en 1912 un inventor civil australiano, Lancelot De Mole, presentó ante el Ministerio de Guerra Británico su última realización: un vehículo blindado, con ruedas oruga, que podía llevar soldados en su interior para protegerlos del fuego enemigo y permitirles moverse entre trincheras y alambradas. El Ministerio lo ignoró; más adelante comenzaron a diseñar algo similar ellos mismos, pero ni se dignaron escuchar las ideas del inventor.

De Mole hizo varias propuestas de diseño más, en 1914 y 1916, con la Gran Guerra ya en curso; en 1917 hizo su última presentación, en la cual presentó un modelo de 1/8 del tamaño real del diseño. Todo cayó en oódos sordos; nadie escuchó sus ideas, a pesar de que podrían haber sido útiles para el desarrollo ya en curso de los primeros tanques.

La respuesta a esta indiferencia llegó más tarde. El gobierno de Australia, luego de la guerra, se puso a investigar porqué las ideas de De Mole habían sido ignoradas de esta manera. Se le contestó que sus propuestas eran demasiadas avanzadas para la época. Una comisión de inventores premió a De Mole en 1919, reconociendo la brillantez de su diseño. Sin embargo, debido a la situación, solamente pudo darle como premio un pago de 987 libras esterlinas a De Mole, para afrontar sus gastos. En ese año, el inventor reconoció que fue presionado por algunos amigos para venderle el diseño a los alemanes, pero que él había declinado la oferta por razones patrióticas.

martes, abril 21, 2009

Solución de baja tecnología

Cuando a principio de siglo los barcos usaban palomas para comunicarse con la costa, en 1924 los japoneses dieron un paso adelante. Un informe en un periódico afirma que una paloma, metida dentro de un contenedor sellado, fue expulsado desde un submarino sumergido hacia la superficie, usando el tubo de torpedos. El experimento fue exitoso: la paloma sobrevivió, salió a superficie, voló y entregó el mensaje.

domingo, abril 19, 2009

El destino incierto del General Belgrano

El crucero argentino ARA General Belgrano, conocido por ser hundido durante la guerra de Malvinas por un submarino nuclear inglés y causar así la mayor cantidad de bajas de ese bando, tiene el raro honor de ser uno de los pocos sobrevivientes del ataque japonés a Pearl Harbor.

Conocido entonces como USS Phoenix (CL-46), era la sexta unidad de cruceros ligeros de la clase Brooklyn y el cuarto buque de la US Navy en recibir ese nombre (en honor a la capital del estado de Arizona). Su construcción comenzó en 1935, y fue botado tres años más tarde. Su viaje inaugural lo llevó hasta Buenos Aires, aguas que luego le serían propias.

El domingo 7 de diciembre de 1941 estaba ubicado al sudeste de la isla Ford, en el puerto de Pearl Harbor. Sobrevivió al célebre ataque japonés sin un rasguño, en gran medida porque no era un blanco prioritario (como lo eran los acorazados y otros buques más grandes). En esta foto podemos verlo cruzar las aguas con el humo del pavoroso incendio del USS Arizona como telón de fondo.


Durante la Segunda Guerra Mundial dio un largo servicio en aguas del Pacífico, ganando 9 estrellas de batalla y sobreviviendo sin ningún daño. Con el desarme de la posguerra, fue dado de baja el 3 de julio de 1946.

En 1951 fue vendido a la Argentina, junto a un crucero de la misma clase (el USS Boise, renombrado ARA 9º de Julio), por casi 8 millones de dólares. Primeramente se lo bautizó 17 de Octubre (ese mismo día de 1951), en honor al "Día de la lealtad" peronista, fecha en la que el general Juan Domingo Perón fue apoyado por miles de personas en Buenos Aires, dando comienzo a su carrera política.

Sin embargo, luego de ser derrocado Perón por una revolución militar en 1955, la tendencia a borrar todo lo que fuera peronista implicó que el buque fuera rebautizado en 1956 con el nombre ARA General Belgrano, por un prócer argentino que había creado la bandera de este país, entre otras cuestiones.

Continuó en servicio activo en la Armada Argentina hasta que fue hundido en un episodio muy controvertido, por el submarino nuclear inglés HMS Conqueror. El episodio terminó con la vida de 323 marineros, cerca de la mitad de las bajas totales de la guerra.

Irónicamente este submarino utilizó torpedos remanentes de la Segunda Guerra Mundial, tres Mk 8 modelo 4, cuya entrada en servicio data de 1925.

Todavía hoy tiene el lamentable honor de ser el único buque hundido por un submarino nuclear en la historia de la Humanidad.

jueves, abril 16, 2009

Improvisar es la clave

Aunque con personal entrenado y voluntarioso, muchas veces la Fuerza Aérea Argentina en las islas tenía problemas de abastecimiento, como todos los servicios involucrados. La existencia de una sola pista de aterrizaje de grandes dimensiones, que era utilizada por los aviones de transporte y frecuentemente bombardeada cuando las fuerzas inglesas estuvieron a tiro, creaba un cuello de botella muy importante.

Como consecuencia, muchas veces faltaban piezas de repuesto para las aeronaves. Frecuentemente un un vehículo tuvo que ser desmantelado para darle piezas a otro; en al menos una ocasión, un avión Pucará fue reparado utilizando trozos de un avión averiado, unidos por tuercas y pegamento universal. Aparentemente estos arreglos no influían notoriamente en la capacidad de las aeronaves, que seguían volando: cada vez que un avión era derribado o tenía un accidente se recuperaba todo lo que pudiera ser aprovechado.

Sin embargo, tal vez el colmo de la improvisación lo dieron las defensas antirradar. Los chaff (pequeñas tiras de papel aluminio lanzadas para confundir a los radares de los misiles) eran fabricadas, según declaraciones oficiales, en una máquina de hacer fideos especialmente calibrada para cortar el papel aluminio a diferentes anchuras, según la longitud de onda del radar a confundir.

lunes, abril 13, 2009

Desembarco de pingüinos

En previsión de un desembarco inglés, ciertas playas malvinenses fueron minadas por fuerzas argentinas. Esas minas siguen todavía en su lugar, a pesar de que hubo proyectos para removerlas. Las zonas afectadas fueron convenientemente marcadas con carteles, para que ninguna persona se aventure a ellas. Por otra parte, como son lugares apartados, es poco frecuente que nadie se acerque a ellas, a menos que se trate de turistas.

La falta de seres humanos animó a la fauna local a establecer allí su hogar. El colmo lo constituyen los pingüinos, que rápidamente construyeron colonias. Como son mucho más livianos que una persona, ninguno de ellos activa las espoletas de las minas, de manera que estas no representan ningún peligro.

viernes, abril 10, 2009

Perdiendo la primicia

Robert Fulton, conocido por su éxito comercial con el barco de vapor, se metió en asuntos militares antes de su conocido proyecto. Desarrolló un "barco sumergible" que pensó que podía ser usado para poner cargas de explosivos en los cascos de los barcos enemigos, por debajo de la línea de flotación.

El mismo Napoleón Bonaparte llegó a alentar al inventor norteamericano, pero dejó de apoyarlo después de que Fulton invirtiera todo el verano de 1801 tratando de alcanzar un barco británico, obviamente sin éxito. Entonces, Fulton recurrió a los británicos, quienes autorizaron un ataque contra la flota francesa en Boulogne. Los torpedos no funcionaron.

De nuevo en Nueva York, el inventor logró torpedear un barco en una demostración, pero los Estados Unidos tampoco mostraron interés por el invento.

miércoles, abril 08, 2009

Aves monstruosas

En Microsiervos encontré un interesantísimo enlace, que luego me llevó a su precedesor:

Los aviones más grandes del mundo
Los helicópteros más grandes del mundo

Aunque no tiene mucha información de ningún modelo, sí es una excelente recopilación de fotografías, dibujos y otras cosas, salpicada de datos que nos muestran hasta donde la ingeniería aeronáutica ha podido llegar.

A disfrutar, son dos páginas increíblemente interesantes, aunque no se entienda inglés.

sábado, abril 04, 2009

Cambio de rumbo

En estos días he visto que muchos visitan este blog desde dos lugares: al descubrirlo en Casus Belli, principalmente, pero también al buscar en Google u otros buscadores alguna anécdota o curiosidad militar. Saludos a todos.

Pensando en los segundos, y pensando en potenciar el blog y darle otras características, hace unos meses tuve la idea de comenzar a agregar este tipo de historias curiosas. Pero no solamente las noticias o curiosidades actuales, que retransmito de otros sitios, sino historias de guerras pasadas como las que están en Casus Belli.

Pero, dando un paso más allá, también he decidido mudar todo ese contenido histórico al blog, el cual se irá pasando de a poco en secciones convenientemente creadas a tal fin. De esa manera las secciones del sitio seguirán estando pero en el blog, con las anécdotas separadas y no ya en laaargas páginas.

Para mí esto redunda en tres beneficios. Primero, podré poner imágenes de manera más sencilla. Segundo, al ordenar las anécdotas separadamente, será más fácil actualizarlas y agregar otras nuevas, seguirle la pista, corregirlas o ampliarlas, etc. El tercer beneficio es que el sitio Casus Belli se hará más temático, al estar en él solamente la parte más "tecnológica", ganando también en identidad el blog al hacerse más "histórico".

Al usuario espero que este cambio le plantee el enorme beneficio de acceder más fácilmente a estas anécdotas y curiosidades. Muchas personas caen en el blog buscándolas y solo encuentran algunas, dispersas, que he puesto en los últimos meses. Sin embargo en el sitio hay montones de ellas, sepultadas en grandes archivos que los buscadores no siempre alcanzan a ver en el fondo. Al estar cada una en una página diferente, espero que estos internautas las encuentren más rápido y también puedan llegar a las demás utilizando los enlaces correspondientes.

Por ahora, las secciones que se mudarán al blog serán: Hechos curiosos de la historia militar (todas las subsecciones), Récords, Historias de guerra y Falacias, mitos y mentiras.

Me alegraría mucho recibir comentarios al respecto de esta iniciativa en esta misma entrada. Si bien ya la me estoy organizando para la mudanza, si a muchos no les gusta, la reconsideraré. Por otra parte también me gustaría escuchar consejos y críticas constructivas sobre otras cosas que les interesaría ver en el blog Niebla de Guerra.

jueves, abril 02, 2009

El mejor que tuvimos

Siempre creí y así lo dije en tantas oportunidades que es la misión de los dirigentes y de los líderes plantear ideas y proyectos evitando la autoreferencialidad y el personalismo; orientar y abrir caminos, generar consensos, convocar al emprendimiento colectivo, sumar inteligencias y voluntades, asumir con responsabilidad la carga de las decisiones. Sigan a ideas, no sigan a hombres, fue y es siempre mi mensaje a los jóvenes. Los hombres pasan, las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática.

Raúl Alfonsín, en Casa Rosada, al cumplirse 25 años del retorno de la democracia a la Argentina.



El martes a la noche, cuando regresaba a mi casa y me preparaba para cenar, me enteré por la televisión de que nuestro primer presidente de la democracia nos había dejado, víctima de un cáncer que hace tiempo lo tenía a mal traer.

Alfonsín fue uno de esos presidentes que lamentablemente ya no se hacen. Leía y escribía sobre política: era un estadista de pies a cabeza. Nunca se le conoció una coima o un negociado: fue el único presidente argentino sin juicios por corrupción (ni una presunción popular acerca de lo mismo). Siempre se manejó buscando el consenso, con la palabra, con la discución en buenos términos, el diálogo. Como el siempre ejemplar Illia, vivió durante todos estos años en la misma casa que ocupó antes y durante la presidencia, sin una fortuna dudosa, sin autos caros, sin nada de eso que nos tiene acostumbrado la farándula política argentina.

Desde niño, y siendo que fue el presidente de mi infancia, me quedó su imagen asomada a los balcones, hablándole a las multitudes con sus gestos y sus frases contundentes pero no fuertes, ni autoritarias, ni agresivas, sino esperanzadoras. Y si bien no puedo decir que sabía, en esa época, mucho de política, tuve pena por él y por el país cuando la hiperinflación se nos vino encima. En esos días, y más adelantes, construí de él una imagen de presidente que, si se había equivocado, lo había hecho por ser humano; un presidente al que "volvería" a votar justamente porque su segundo mandato habría sido mejor que el primero.

El martes a la noche me quedé viendo que todos los canales de la Argentina armaron sus programas especiales, y de ellos fui recogiendo anécdotas y aprendiendo más de alguien que, después de su presidencia, siguió trabajando por el bien de todos. Y si siempre estuvo de moda hablar de los recientes difuntos, uno puede notar cuando los que lo hacen son obsecuentes y cuando son verdaderos amigos; cuando exageran y cuando dicen la verdad; cuando inventan y cuando lloran por los recuerdos.

En 2007 publicó un tratado de política de unas 800 páginas, para el cual según sus allegados, se internó a leer los clásicos por tres meses. No se podía decir que, a su edad, no hiciera nada. Ese es el legado de los grandes estadistas; ese es el legado de los hombres de bien: cada una de sus acciones es un ejemplo. ¿Qué legado dejan los personalismos extremos, qué legado dejó Menem y qué legado dejará la época K? Tal vez odio, desprecio, división y malos recuerdos, pero nada constructivo (sino cosas para reconstruir, más bien). Lamentablemente, mal acostumbrados a una política de agresión y confrontación de modelos antagónicos, este tipo de legados silenciosos pero sustanciosos parecen plantas sin flores, porque no tienen espinas.

Y es el legado el que hace a los grandes hombres. Ese legado que, muchos, dijeron que él no había dejado. Ciertamente no dejó discípulos, pero todos en su partido, desde el funcionario menor al que compartió cargos más importantes, sintió la pérdida de un padre, un mentor, un amigo. Y además de sus discursos, de sus libros sobre política y democracia, dejó como legado un país mejor, que sus continuadores se comprometieron en destruir de a poco, pero que todavía está a tiempo de aprender de sus obras y dichos.

Durante su mandato, conflictivo y contradictorio a veces, tuvo que hacer frente a muchos problemas, principalmente los derivados de la época de la dictadura militar. Fue el primero, junto con unos pocos, que abogó por los juicios a los responsables de las desapariciones y muertes ilegales ocurridas en ese período. Pero como líder estuvo solo en esa decisión, que ni siquiera otros primeros mandatarios del mundo acompañaron. Así, Argentina fue el único caso de una dictadura que no negoció el paso a la democracia con amnistías ni consesiones, sino que tuvo que rendirse y enfrentar más adelante los cargos por sus actos; algo que no sucedió ni en países vecinos ni en la España o Portugal.

Lamentablemente eran años complicados, y las instituciones democráticas no tenían la fuerza suficiente como para acompañar su decisión. El resultado fueron tres alzamientos militares, que marcaban a las claras el deseo de muchos militares de volver al gobierno por el uso de la fuerza y de rechazar las condenas que ya comenzaban a asomar para sus líderes.

En todos estos alzamientos, Alfonsín siempre buscó evitar el derramamiento de sangre. Pero eso no evitó que fuera personalmente a los lugares en donde se escribía la historia, arriesgándose a veces a ser objeto de represalias por esos militares rebeldes.

Tal vez el hecho más curioso de todo esto es que Alfonsín había tenido una educación militar, pues hizo el secundario en un liceo militar, teniendo como compañeros de clase a Galtieri y Videla, luego presidentes de facto que fueron condenados por los tribunales creados por Alfonsín.

Pero se llegó así a un punto en el cual la costumbre golpista de muchos oficiales y algunos sectores políticos, sumada a la debilidad institucional del gobierno, se cruzaron. 1987 dio lugar al mayor alzamiento militar, en el cual casi todas las unidades enviadas por el gobierno civil para reprimir a las rebledes no acataron órdenes y se quedaron en sus cuarteles. Todo lo ganado por la democracia parecía perdido. Cansados de la dictadura, muchas personas se reunieron en Buenos Aires para hacer frente a este intento de golpe. Alfonsín, aunque lo pensó, no les pidió que lo acompañaran, porque temía por sus vidas y sabía que la guerra civil estaba demasiado cerca.

Fue en ese punto en que tuvo que transigir y lograr un acuerdo. Las controvertidas leyes de Obediencia Debida y Punto Final limitaban las acusaciones a la cúpula militar, evitándose una gran cantidad de juicios a oficiales de menor rango. Odiado por muchos al tomar esta decisión, sintiéndose defraudados y traicionados, no comprendieron lo que se ve ahora, desde lejos: que mucho más se podría haber perdido, y que fue la decisión menos mala.

Fueron célebres sus discursos, a los que la gente asistía espontáneamente, sin ser acarreados, como ahora, por dinero o regalos. No confrontaba: transmitía esperanza. Siempre buscó la unidad a través del diálogo. Luego de ver incontables testimonios de personas que lo conocieron, todas coinciden en algo: se había peleado con todas por cuestiones políticas, pero siempre había habido una reconciliación, porque no quitaba de su lado a los que disentían con él.

Y ese diálogo buscaba la paz, como la que firmó con Chile al sellar el pacto por el canal de Beagle. Sobre Brasil, hoy su amigo y ex-presidente de este país, José Sarney, recordaba con emoción todo lo que juntos pudieron hacer. Principalmente, desarmar, antes de que naciera, la amenaza de carrera armamentística nuclear en el Cono Sur, al inaugurar usinas eléctricas de manera conjunta y al firmar pactos de no-proliferación nuclear. Tendemos a olvidar esta parte, justamente porque dichos pactos se han cumplido y hemos podido mantener una política firme al respecto, pero de no haber estado ellos dos en el poder, otra tal vez hubiera sido la cosa, y la constante rivalidad con Brasil hubiera resurgido.

Esto último también es válido para el asentamiento de las bases del Mercosur, que ambos países acordaron en su época, y en su insistencia de que debía haber una moneda común, algo que todavía no se ha logrado.

Construyó, con su equipo, una legislación mejor, dejando de lado definitivamente leyes antiguas y permitiendo el divorcio y la patria potestad compartida. Se preocupó por la alimentación, la salud y la alimentación, con todo lo que tuvo a mano, no para ganar reelecciones y aparecer un día y desaparecer al día siguiente.

Muchos lo recuerdan todavía por uno de sus mayores errores: el hecho de que su gobierno tuviera que cerrarse precipitadamente por la primera gran crisis económica de la época democrática: la hiperinflasión. Y sin embargo, el resto de su mandato fue muy bueno; como he dicho antes, yo lo hubiera vuelto a votar porque si se equivocó, muchos otros lo hubieran hecho en su lugar, y tal vez para peor. Su mayor logro, de todas maneras, fue permitir la continuidad democrática, pues en 1989, si él no hubiera aceptado los problemas y dejado el poder, otro golpe militar podría haber echado todo por tierra.

Así nos abandona este estadista, y así la gente le ha dado la despedida: 70.000 personas peregrinaron para ver su féretro en el Congreso, y tal vez más lo acompañaron por las calles arrojando flores, en apretadísimo cortejo. Contables amigos y conocidos hablaron con los medios o en los numerosos reconocimientos que tuvo. Tal vez los más conmovedores, al menos para mí, fueron los testimonios de José Sarney, ex presidente de Brasil, y Julio María Sanguinetti, ex presidente de Uruguay. Los dos lo consideraban un amigo, además de un camarada, y clamaban para que su figura no fuera exclusiva de los argentinos, sino patrimonio de sus países y de América toda, debido a su compromiso con la libertad y la democracia.

Todos coincidían en remarcar no solo su entrega a la política, sino su ya mencionada honestidad, tanto material como intelectual. Así como nunca robó dinero del Estado, siempre mantuvo firme sus principios, y si tuvo que dejarlos de lado, lo hizo por algo mayor: el bien del país. Ninguna de estas cosas puede decirse de ningún presidente argentino posterior a su mandato.

Qué más se puede decir? Dice la sabiduría popular que en los velorios se nota la calidad del que nos ha abandonado. Solo hace falta ver lo que ha sucedido en estos días para tener una idea de cómo un presidente que tuvo aciertos y fallos, que tuvo que escapar precipitadamente del poder, debilitado y odiado por muchos, pero que ahora es rescatado como lo que fue: un "gigante de la democracia", un héroe sin armas, un estadista de raza, un político de los que antes, que ojalá sean los de mañana.



Para resumir, y en palabras (según Nelson Castro) de Zaffaroni (uno de los miembros de la Corte Suprema de Justicia): era el único ex-presidente que podía caminar por las calles de la ciudad sin estar acompañado.

Una clara diferencia con todos los que hemos tenido después, y que seguramente no serán recordados (si es que lo son) ni con un 10% de este cariño.

Para los interesados en tener más detalles, creo conveniente que lean al menos el correspondiente artículo de la Wikipedia.


Como nota friki militar, solo me queda remarcar que, muy acertadamente, el vehículo que llevó la cureña sobre la cual se cargó su féretro es fruto de esa colaboración y amistad que él y Sarney plantaron hace tiempo. El Gaucho es un vehículo ligero, aerotransportable, diseñado, desarrollado y fabricado por y para los Ejércitos de Argentina y Brasil.

martes, marzo 24, 2009

Otro aniversario y más de todo

Hoy se conmemora el 33º aniversario del golpe de Estado de 1976 en Argentina, el último y el más sangriento. Aunque la cifra de 30.000 desaparecidos es simbólica (y exagerada, según muchos, ya que el informe oficial recuenta 8.000, según recuerdo), habla a las claras de una nueva forma de exterminio del otro, del que parece diferente, sin ningún tipo de justicia y de manera totalmente arbitraria.

Es raro, en Argentina, tener un feriado en el día justo, porque todos se pasan al lunes, y sin embargo este y el de las Malvinas quedan en el día que caen (en este caso, martes).

Cerrado el día, que para muchos no es más que un feriado, tengo dos cosas para sobresaltar:
  • el relato de Robert Cox, entonces editor del Buenos Aires Herald, el único medio que sobrevivió a la censura el tiempo suficiente como para esparcir por el mundo las denuncias de que estaba desapareciendo gente. En entrevista con un canal local, contó cómo la gente, de a poco, comenzó a darse cuenta de que ese medio tomaba las denuncias y las publicaba, mientras en los organismos oficiales, a los familiares se los escuchaba y no les daban respuesta. Para su sorpresa sus superiores no le creían, y le decían "la gente no desaparece": era una forma de exterminio totalmente nueva para la época. También relató cómo conversaba con Videla y otros militares funcionarios del gobierno, pesos pesados que ahora están en la cárcel y esperando juicio, y se dio cuenta del nivel de seriedad que tomaba la cosa, al verlos furiosos porque él seguía con lo suyo sin importar las primeras amenazas. Para sorpresa de la entrevistadora, calificó de "muy útil" su orden de detención y su estadía de dos días en varias cárceles, porque según él para cualquier periodista lo hubiera sido: le dio la oportunidad de experimentar las cosas que él suponía y escuchar los gritos de los torturados de primera mano. Lo liberaron por presión de la prensa, no sin antes sorprenderse por el afecto al nazismo que tenían sus captores: en una de sus prisiones fue bienvenido por una inmensa esvástica.
  • Otra apostilla, esta vez mala, fue la del diputado Agustín Rossi. Como muchos de su partido, en lugar de estar votando leyes importantes estaba encabezando una marcha en el Monumento a la Bandera. Bueno, no hay nada de malo en eso en sí, sino fuera porque ensucia un día de luto nacional cantando la marcha peronista secundado por grupos de gente que son comprados con comida, para hacer número y parecer más. Tuve la oportunidad de volver en el colectivo con una treintena de estas personas: todas se bajaban en la villa que está cerca de mi casa. No es por ser racista, pero siendo realistas, mucha de esa gente ni debe haber ido a la escuela ni debe saber mucho qué fue el golpe militar ni nada de eso, y se las veía conversar de cualquier otra cosa en lugar del evento del cual regresaban. ¿Suposiciones demasiado arriesgadas? Sí, puede ser, pero como digo, eran todos gente muy pobre y cuando las cosas encajan, probablemente es porque son así. Está mal pensar, como los fachos de la derecha, que hay que matarlos a todos, pero lo que les hace el sistema político de los justicialistas, que los compran por dinero y comida, no me parece mejor.
En fin, otro aniversario más con controversia por varias partes, con todo esto de la colimba y las declaraciones cruzadas de muchos. Lamentablemente, aunque se han hecho muchos avances, no terminamos de aprender que los que murieron eran argentinos, y no simplemente de este partido o del otro.

lunes, marzo 23, 2009

Pequeño lapsus

Menuda noticia me encuentro el otro día buceando por allí:

No se acuerdan de como se fabrican los misiles

"Los EE.UU. y el Reino Unido están tratando de actualizar las ojivas nucleares W76 de los misiles Trident para prolongar su vida y asegurar que sean seguros y fiables, pero los planes han quedado en suspenso porque los científicos estadounidenses han olvidado el procedimiento de fabricación de un misterioso y peligroso componente clave de la ojiva, el Fogbank. "La NNSA desconoce cómo fabricar el material, ya que se hicieron pocos registros del proceso cuando el material se fabricó en la década de 1980, y casi todo el personal con experiencia en la producción se ha retirado o ha dejado la agencia', dice el informe de la comisión del Congreso de EE.UU..

Según creen algunos expertos en armamento, el Fogbank es una espuma que se utiliza entre las fases de fisión y fusión de la bomba termonuclear en los misiles Trident y los funcionarios estadounidenses dicen que la fabricación Fogbank requiere un disolvente de limpieza que es "extremadamente inflamable" y "explosivo", y que el proceso implica tratar con "materiales tóxicos peligrosos para los trabajadores".

"Esto es como James Bond destruyendo sus instrucciones tan pronto como las ha leído", dice John Ainslie, el coordinador de la campaña escocesa para el desarme nuclear, y añadió que "tal vez los planes para hacer Fogbank eran tan secretos que no se mantenían copias". Thomas D'Agostino, administrador de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear de los EE.UU. , dijo a una comisión del Congreso que el Gobierno está gastando "mucho dinero" tratando de hacer "Fogbank" en el complejo Y-12 en Oak Ridge (Tennessee), pero "no estamos fuera de peligro todavía "

El artículo original está aquí, con algunos comentarios graciosos en inglés.

La verdad es que parece una propia de Austin Powers. Y después esa gente es la misma que maneja las ojivas y las saca a pasear por el resto del mundo...