martes, julio 28, 2009

El tanque más grande del mundo

Este record está un poco en disputa, si tenemos en cuenta que hubo varios tanques que compiten en diversas categorías de peso, longitud, altura, etc. Además, tenemos que tener en cuenta que algunos nunca entraron en producción ni se usaron en combate. Sin embargo, podemos mencionar a tres de los más grandes:

En primer lugar, tenemos al Maus (Panzerkampfwagen VIII), diseñado por Alemania al final de la Segunda Guerra Mundial. Esta mole de 188 toneladas debía tener dos cañones montados en una misma torre (uno de 128 mm y otro coaxial de 75 mm, además de una ametralladora de 7.92 mm). Un motor de 1.200 HP sólo podía impulsarlo a 13 km/h, y tenía una autonomía de 160 km en carretera. Medía 10,09 metros de largo, 3,67 de ancho y 3,63 de alto. La mayor parte de su peso era blindaje, pues estaba pensado para ser invulnerable a cualquier arma antitanque que pudieran crear los Aliados.

Sin embargo, su principal enemigo fue el sentido común. Solamente se lograron construir dos prototipos, y estos demostraron los enormes problemas mecánicos, logísticos y de otro tipo que implicaba el uso de semejante vehículo. Uno de ellos era el hecho de que, de tener un problema mecánico, se hubiera requerido de dos tanques similares para rescatar al averiado. Cuando la guerra terminó, todavía se continuaba su desarrollo. No hay datos que confirmen fehacientemente que uno de los dos prototipos haya disparado sus armas (sólo uno tenía una torre operativa), y ambos fueron capturados por los soviéticos en su avance hacia Berlín. Actualmente uno de ellos puede verse en el museo de Kubinka, en Rusia.

Aunque la Alemania Nazi diseñó varios otros modelos de supertanques, ninguno de ellos pasó de la etapa de boceto en un tablero de dibujo.

Los otros dos tanques que compiten por el record, aunque no son contemporáneos, entraron en combate y rondan las 70 toneladas (un peso al que los tanques actuales se están acercando).

El primero y más conocido es el Tiger II (Panzerkampfwagen VI Ausf. B, también conocido como Königstiger o King Tiger). Con una longitud de 6,4 metros (10,286 si contamos el largo del arma), un ancho de 3,755 metros y una altura de 3,09 metros, tenía 5 tripulantes. En su versión final, pesaba poco menos de 70 toneladas.

Su producción no alcanzó las 500 unidades, y estas se encontraron con muchos de los problemas de sobrepeso de otros proyectos alemanes de la época. Como la fabricación fue apresurada, no se hicieron las suficientes pruebas, de manera que la suspensión, el motor y otras piezas motrices tenían a fallar definitivamente al poco tiempo de uso, resultando en muchos Tiger II destruidos por sus tripulaciones o capturados por el enemigo. De esta manera, su influencia en la Segunda Guerra Mundial, que estaba concluyendo para ese entonces, fue mínima.

Sin embargo, teniendo en cuenta el factor tamaño y tripulación (y sin olvidarnos del peso), podemos poner como ganador del record al FCM Char 2C francés. Desarrollado luego de la Primera Guerra Mundial, entró en servicio en la década de 1920, y fue usado, con poco éxito, durante el siguiente conflicto. Aunque solamente se construyeron 10 unidades, sus dimensiones han quedado en la historia.

Tenía un peso en orden de combate de 70 toneladas, portando un cañón de 75 mm (el más grande de la época para un tanque) y cuatro ametralladoras, con una gran provisión de munición para todas las armas. Había espacio de sobra: medía 10,27 metros sin contar el cañón (o 12 metros si se cuenta un patín trasero, diseñado para cruzar mejor las trincheras), 2,95 metros de ancho y 4 metros de alto. El record de mayor cantidad de tripulantes es suyo sin duda: 12 personas estaban a cargo de mantenerlo operativo (un conductor, un comandante, un artillero y un cargador para el cañón, cuatro ametralladores, un mecánico, un electricista, un asistente para ambos y un operador de radio). La enorme bestia, que merecía el sobrenombre dado de acorazado de tierra, requería de dos motores de 250 CV, que sólo podían impulsarlo a una velocidad de 12 km/h en carretera, con una autonomía de 150 km.

Por si fuera poco, antes de la guerra se intentó hacerlos más pesados, colocando una torre con cañón de 155 mm en uno y agregando más blindaje en otro. Ambos intentos pusieron al diseño al borde de las 75 toneladas, aunque solamente quedó operacional el segundo, ya que era el vehículo del comandante de la compañía (todos los tanques prestaban servicio en la misma unidad). Su escasa movilidad y excesivo tamaño los condenaron a una enorme ineficacia: según se sabe, prácticamente todos tuvieron que ser saboteados y destruidos por sus tripulaciones para evitar su captura, ya que eran extremadamente lentos en la fuga y las vías férreas de sus transportes habían sido destruidas. Solamente uno se sabe que fue capturado intacto, pero su destino se pierde en los finales de la Segunda Guerra Mundial, y su paradero es un misterio.

Los franceses también tuvieron otros diseños supergigantes, que no pasaron de la mesa de diseño y algunas maquetas, al igual que sucedió con los alemanes.

lunes, julio 27, 2009

Camuflaje personalizado

Durante la Guerra del Golfo de 1991, la movilización de fuerzas militares de los países de la Coalición generó un enorme revuelo, y la prisa por tener todo listo para el despliegue no conoció límites.

En los cuarteles de Alemania, donde tuvo lugar un febril trabajo para suministrar unidades a la 1º División Acorazada británica que debía partir hacia Arabia Saudita, ocurrió uno de los ejemplos más extraños de esta movilización apresurada. Un infortunado oficial del Queen's Own Highlanders fue víctima de las locas prisas por pintar todas las piezas del material de color arena, y una mañana encontró a su VW escarabajo con una nueva pintura de camuflaje del desierto.

domingo, julio 26, 2009

El submarino más grande del mundo

Se trata del submarino nuclear soviético (ahora ruso) clase Typhoon, que se hizo famoso en la película La caza al Octubre Rojo (en la cual este mítico submarino era un Typhoon modificado).

Diseñado para cargar misiles balísticos intercontinentales que pesaban una tonelada (eran de combustible líquido), los diseñadores soviéticos tuvieron una idea radical por su simpleza: hacer un submarino de dos cascos, básicamente un submarino doble.

El espacio resultante no solo permitió integrar unos 20 misiles, sino también incrementar enormemente la comodidad de la tripulación. Los Typhoon tienen una sala de deportes, sauna, pileta de natación y cabinas separadas para cada miembro de la tripulación.

Con un largo de 172 metros, un ancho de 23 metros y un calado de 12 metros, los Typhoon pueden sumergirse hasta los 400 metros, navegando a 22 nudos en la superficie o a 27 sumergidos. Su tripulación de 163 personas puede permanecer 180 sumergida, gracias a dos reactores nucleares.

Los submarinos Typhoon nunca se produjeron en gran cantidad. Solamente se completaron 6, aunque se planeaban 7. Actualmente 3 han sido desmantelados, y de los restantes 3, dos están en un limbo (dentro de la flota, pero inactivos, posiblemente esperando ser reemplazados); el último realiza pruebas con misiles intercontinentales. Se supone que serán totalmente reemplazados por la nueva clase Borei, que está entrando en activo en la Flota Rusa.

sábado, julio 25, 2009

Doble confusión

La carrera del famoso avión de reconocimiento SR-71 Blackbird de la Lockheed comenzó algo accidentadamente. Al anunciar oficialmente su existencia (el 29 de febrero de 1964, meses después del asesinato de Kennedy), el presidente Lindon B. Johnson lo llamó equivocadamente A-11.

Sin embargo, ni el avión ni los otros proyectos relacionados con el mismo tenían ese nombre: eran el YF-12, el A-12 y el RS-71).

En una nueva conferencia de prensa las cosas tampoco salieron mejor. Por un nuevo error, el RS-71 se mencionó como SR-71, nombre con el que finalmente todos lo conocieron.

viernes, julio 24, 2009

El helicóptero más grande del mundo

Este récord es, una vez más, soviético, e incluye tanto al más grande construido, como al más grande en operación a gran escala.

Con 37 metros de largo y dos rotores de 35 metros de diámetro cada uno, una altura de 12,5 metros y una capacidad de carga interna de 25 toneladas, el record absoluto lo posee el Mil Mi-12, denominado por la OTAN como Homer. Construido como prototipo, no llegó a ser producido en serie; solamente se ensamblaron dos unidades. Su tripulación de 6 personas estaba encargada de volar, pero también de ingresar y sacar la carga de una bahía de 28,15x4,4 metros, lo cual permitía llevar una enorme cantidad de suministros o vehículos. Con un alcance de 1.000 kilómetros, este se reducía sin embargo a la mitad si cargaba su capacidad máxima total de casi 35 toneladas, a una velocidad de 240 km/h. Para esto requería de cuatro motores, dos para cada uno de los rotores coaxiales montados en sendas "alas".

El 6 de agosto de 1968, uno de los dos prototipos logró marcar un récord que todavía se sostiene: levantó 44.205 kilos a una altura de 2.255 metros.

El Mi-12 fue diseñado a finales de la década de 1960, y aunque fue mostrado ampliamente en Europa en 1971 como medida propagandística, no fue puesto en producción debido a su gran complejidad técnica y al hecho de que otras soluciones de diseño eran mucho más eficientes.

Actualmente, el mayor helicóptero del mundo es el Mil Mi-26 Halo, también soviético. Sus medidas tampoco son menores: un rotor principal de 32 metros y uno de cola de 7,6 metros de diámetro, un largo de casi 34 metros, y una altura y anchura de 8 metros aproximadamente. Su bahía de carga es de 12 x 3,3 x 2,9 o 3,2 metros (la altura es variable). Puede cargar unas 20 toneladas internamente, variando esta cifra de acuerdo a ciertos parámetros como distancia, cantidad de combustible, etc. etc. Su velocidad de crucero es de 255 km/h, y su alcance de hasta 800 km con carga máxima.

Este modelo es actualmente muy utilizado incluso por ejércitos occidentales, que lo alquilan a empresas privadas rusas o de Europa Oriental, ya que puede cargar tanto grandes vehículos como a otros grandes helicópteros o aviones derribados.

jueves, julio 23, 2009

Actualización de julio, mes aniversario

Bueno bueno, me tomé muuucho tiempo... Ya pasamos de mitad de julio y ya es el noveno aniversario de Casus Belli en la red.

No hace falta repetir los agradecimientos a todos los visitantes usuales y casuales. Sin ellos el sitio igualmente hubiera existido, pero no tendría un sabor tan lindo :D

Este mes me agarra algo complicado con cuestiones personales, pero ahora de nuevo de pie para continuar con varios proyectos. Casus Belli, como siempre, sigue siendo uno de ellos, así que no se preocupen, seguirá existiendo por un buen tiempo.

Continúo con la actualización temática referida a la Segunda Guerra Mundial y al 70º aniversario de su comienzo "oficial" (los entendidos saben que hubo varios no oficiales). En este caso, otro artículo que quería hacer desde hace unos meses: el fusil Mosin Nagant, diseñado y fabricado por el Imperio Ruso, y luego tomado y mejorado por la URSS. Un arma realmente universal, utilizada y fabricada por decenas de países a lo largo y a lo ancho del mundo. Descubran su curiosa y particular historia.

martes, julio 21, 2009

Astucia, no fuerza

Durante la Guerra de los Seis Días, entre Israel y Egipto, tuvo lugar un curioso suceso que demuestra que la guerra a veces no es pura masacre, sino que puede (y debe) ser el uso inteligente de fuerza para evitar bajas en ambos bandos.

Las fuerzas israelíes habían conseguido intervenir las comunicaciones egipcias, descifrando sus códigos de transmisión. Esto le daba una enorme ventaja porque podían anticipar los ataques enemigos, al escuchar todos sus preparativos. Pero cuando una formación de tanques se extravió en el desierto y perdió contacto con sus líneas, los israelíes aprovecharon la ocasión para hacerse pasar por sus superiores.

Dando órdenes con los códigos capturados, le dijeron al comandante egipcio que cambiara las frecuencias (para que el truco no fuera descubierto) y siguiera sus instrucciones. Luego procedieron a mover a la formación lejos de las posiciones hebreas. Continuando así hasta el alto el fuego, momento en el que el controlador de Tev Aviv dio instrucciones al oficial egipcio para que llevara sus blindados hasta el campo de prisioneros más próximo, cosa que hizo sin dudar.

domingo, julio 19, 2009

Tanques a 500 pesetas

Hacia 1937, la Legión Cóndor, formada por "voluntarios" alemanes que apoyaban al gobierno de Francisco Franco en la Guerra Civil Española, estaban armados con 180 "modernos" tanques Panzerkampfwagen I.

El Mayor Wilhelm Ritter von Thoma, a cargo de la unidad de tanques, sin embargo, los consideraba muy malos: estaban armado solamente con dos ametralladoras de 7,92 mm. Fue por eso que ofreció 500 pesetas de la época por cada tanque T-26 soviético capturado a los republicanos. El T-26 poseía, además de una ametralladora, un más que imponente cañón de 45 mm.

viernes, julio 17, 2009

Entrenamiento intensivo

Los miembros del Congreso de los EEUU pueden revisar continuamente las actuaciones de sus militres, forzando al recorte de costos y otros motivos para mejorar las FFAA de este país. Cada tanto se llevan alguna sorpresa, cuando descubren hechos muy estraños.

Uno de ellos sucedió en 1977, cuando se enteraron que se necesitaban 15 meses para instruir a un director de orquesta en la Escuela de Música del Pentágono, y solamente 13 meses eran necesarios para entrenar a un piloto de caza.

martes, julio 14, 2009

La "Guerra del Fútbol"

En 1969, un partido de clasificación para el Mundial de Fútbol de México de 1970 fue la chispa que encendió el polvorín que eran las pasiones nacionales encontradas entre El Salvador y Honduras. Desde entonces, se la conoció como "La Guerra del Fútbol", aunque los motivos detrás del breve conflicto no tenían nada que ver con este deporte.

El verdadero motivo del mismo eran los cerca de 300.000 campesinos salvadoreños que se habían establecidos en la vecina Honduras en busca de un sustento que no encontraban en el superpoblado Salvador. La guerra fue breve, pero provocó la expulsión de gran parte de estos inmigrantes y la consecuente crisis en El Salvador.

domingo, julio 12, 2009

El primer desembarco anfibio

La Toma de Pisagua fue el primer ejercicio militar en el que un grupo organizado de soldados atacó un puerto enemigo, desembarcando desde buques destinados a esta tarea. Esta batalla fue protagonizada por el ejército expedicionario chileno que desembarcó en Pisagua y los soldados peruanos destacados en ese lugar. El desembarco y las hostilidades subsiguientes tenían como motivo la guerra que sostuvieron Chile contra Perú y Bolivia entre 1879 y 1884.

La Toma de Pisagua dio inicio a lo que se conoció como la Campaña de Tarapacá, la cual estaba destinada a aislar al ejército peruano del sur, acantonado en Iquique. Los chilenos salieron victoriosos, pudiendo desembarcar e internarse en el territorio enemigo, envolviendo a las tropas peruanas y forzándolos a desbandarse, dejando abandonados heridos, material y prisioneros.

Este hecho de gran importancia militar es desconocido por muchos, pero es conmemorado en un lugar poco habitual: el hall principal de las oficinas centrales de la CIA, en Langley, Virginia. En ese lugar hay un cuadro que representa el primer desembarco anfibio de la historia, tal como aclara la leyenda explicativa del mismo.

viernes, julio 10, 2009

Lección sobre guerra de guerrillas

Hacia 1921, al general español Fernández Silvestre le fue encomendada la misión de exterminar a las huestes de Abd-el-Krim, caid bereber sublevado en el norte africano. Se trataba de un militar de carácter demasiado fuerte, impulsivo y no demasiado bueno en medir sus estrategias. De hecho, su temperamento colérico era legendario: cuando su subordinado Berenguer le reprochó ciertas maniobras, Silvestre intentó estrangularlo.

Como responsable militar de los territorios de Ceuta y Mellila (que todavía hoy son la única parte africana de España), se le encomendó la tarea de ocupar el Rif, una región mediterránea ocupada por los seguidores de Abd-el-Krim, quien se aprestó para la defensa de su territorio.

Subestimando completamente la capacidad del enemigo, como era típico de la época y de su temperamento, Silvestre dividió su ejército de 25.000 hombres (con poco entrenamiento) en 144 puestos fronterizos. Supuso que esto era suficiente, teniendo en cuenta que el enemigo tenía unos 4.000 hombres, pero dejó de lado dos hechos importantes: los bereberes peleaban fanáticamente por una tierra que era suya, y conocían completamente el terreno en el que luchaban.

Por su fuera poco, su líder era muy astuto. Cuando Abd-el-Krim comprobó la debilidad de los pequeños puestos, lanzó ataques devastadores contra cada uno de ellos por separado, para asegurarse en todo momento una superioridad numérica. A veces los fortines estaban a 5 kilómetros de distancia de la fuente de agua más cercana, por lo que ni siquiera quedaba la opción del asedio.

Silvestre no aprendió nada del hecho de ver caer sus puestos uno por uno, y se dice que dijo, cerca del fin del conflicto: "Este Abd-El-Krim es un loco. No voy a tomar en serio las amenazas de un pequeño caid bereber".

Pero para el 22 de julio, sus palabras fueron otras. Ese día los bereberes atacaron un campamento militar con 5.000 soldados españoles, la mayoría de los cuales, desmoralizados, salieron corriendo sin presentar batalla. Silvestre, en un ejemplo de valentía, los azuzaba gritando: "¡Corred, corred, ese diablo está a punto de llegar!". Cerca de mil militares españoles murieron ese día.

El cuerpo de Silvestre nunca fue encontrado, de manera que hay teorías contradictorias al respecto de si se suicidó, fue ejecutado por el enemigo o escapó y murió en el anonimato. Lo cierto es que gracias a su nula estrategia, unos 15.000 españoles murieron más tarde, hasta que el 9 de agosto se firmó la rendición española.

martes, julio 07, 2009

El final de la Flota Rusa del Báltico

En 1904, al iniciarse la guerra ruso-japonesa, el vicealmirante Zinovy Petrovich Rozhesvensky fue puesto a cargo de la flota rusa del Báltico, que debía llegar hasta Japón para atacar a sus fuerzas. Se le dio el cargo debido a su experiencia y carácter, el cual, sin embargo, se vio afectado drásticamente por la misión encomendada.

La titánica tarea era obviamente imposible para la época y la situación del país, y es una muestra del desprecio a la realidad que tenían el Zar. A lo largo de las 18.000 millas de recorrido, no había una simple base que pudiera ser utilizada, lo cual obligaba a sus naves a depender de buques carboneros que les transfirieran el combustible en alta mar (una tarea complicada, sucia y peligrosa, que dejaba muy cansada a toda la tripulación).

Otro grave problema era la mezcla de naves. La mayor parte de la flota estaba comprendida por buques antiguos, en una época en la que los diseños hechos de acero estaban reemplazando definitivamente a los barcos de madera. Mientras tanto, las mejores naves eran los nuevos acorazados de la clase Borodino, que no habían sido probados en alta mar.

Las tripulaciones eran, por línea general, poco experimentadas; por si fuera poco, la antigüedad de las naves y su peso (teniendo que viajar totalmente cargadas de carbón) reducía la marcha de la flota a 9 nudos. Para colmo, la ruta a recorrer, cerca del Círculo Polar Ártico, estaba llena de peligros para la navegación.

No es de extrañar entonces que el vicealmirante se sumiera en una gran depresión, pues sabía que él y todos sus hombres estaban casi condenados. La flota japonesa que los esperaba era más moderna y experimentada; a pesar de los prejuicios hacia los orientales, éstos habían aprendido mucho y eran, después de todo, un pueblo marinero. Los artilleros japoneses practicaban a diario, y utilizaban munición mucho más confiable, además de contar con los mejores sistemas de la época para apuntar los disparos.

La depresión del vicealmirante se entiende mejor, sin embargo, si nos tomamos tiempo para ver las experiencias que sufrió durante el viaje, en las que confirmó completamente sus más profundos temores.

La masa de los barcos era tan importante que no sólo comprometía su velocidad, sino también su estabilidad, en uno de los mares más difíciles de navegar. Rozhesvensky tuvo que dar órdenes de no izar banderines y estandartes en los palos, a excepción de los imprescindibles, para evitar que los barcos volcaran. Tampoco se podía llevar armamento secundario en las cubiertas más altas.

Mientras todavía estaban en el Báltico y el Mar del Norte, lejos de Japón, la moral estaba tan baja que los vigías veían torpederas japonesas por todas partes. Debido a este nerviosismo, la flota rusa del Báltico comenzó a hundir a sus primeras víctimas: algunas naves de una flota pesquera de arrastre británica, un barco mercante sueco, un pesquero alemán y una goleta francesa, contra las que se dispararon más de 300 obuses antes de que esta se hundiera.

Enterado de estas noticias, en San Petersburgo se animaron a enviarle refuerzos. Cuando el vicealmirante se enteró de que le estaban enviando barcos aún más viejos e inútiles, dio órdenes de aumentar la velocidad para que no los alcanzaran.

Como la flota había partido de apuro, y los buques más modernos eran demasiado nuevos, las prácticas de artillería tenían que ser realizadas en alta mar, durante la travesía. En una de estas prácticas, el sufrido Rozhesvensky, famoso por su puntería cuando era un joven oficial, vio como sus destructores no acertaron ni uno sólo de varios blancos estacionarios; finalmente, cuando los buques se reagruparon, se descubrió que sí le habían acertado a algo... El barco que remolcaba los blancos.

Luego de esto llegaron las prácticas con torpedos: como faltaban los últimos libros de códigos, los destructores los lanzaban en las más insólitas direcciones. Se cuenta que, de seis torpedos lanzados, uno se atascó, dos viraron 90º y se estrellaron en el puerto, otros dos se mantuvieron en rumbo pero no acertaron, y el último se sebó y comenzó a dar vueltas en círculos mientras se sumergía y emergía del agua, aterrorizando a toda la flota.

Si todo esto no era suficiente para mantener baja la moral de oficiales y marinería en general, al ya deprimido vicealmirante Rozhesvensky le dijeron que, después de vencer a la flota japones, debía volver a Rusia para ser relevado, pues se le culpaba directamente de todos los problemas que su flota había experimentado en la bizarra travesía.

En la batalla de Tsushima, la flota japonesa del Almirante Heihachiro Togo destruyó dos tercios de la flota rusa. Apenas unos pocos buques enemigos pudieron escapar. Rozhesvensky fue herido y luego capturado, y su segundo al mando rindió la flota a los japoneses para evitar una matanza mayor. En el interín murieron 4.830 marinos rusos, y 5.917 fueron hechos prisioneros: los japoneses apenas perdieron tres buques torpederos y 117 muertos.

Una vez regresaron a Rusia, los dos oficiales superiores pasaron por una corte marcial, en la cual Rozhesvensky asumió toda la responsabilidad, aunque su segundo al mando había sido el responsable de la rendición. Aunque fueron condenados a muerte, el Zar conmutó sus penas y las de sus oficiales inferiores.

lunes, julio 06, 2009

Robert S. McNamara (1916-2009)

Justamente hoy estaba recordándolo, al ver una vez más que la entrada de este blog sobre The Fog of War es una de las más visitadas. Un documental que estaba por volver a ver, ya que sólo lo hice en TV una vez, y que realmente merece una segunda mirada. Uno de esos documentales que no sólo te abren la cabeza a la existencia de cierta persona o situación, sino que te dejan pensando y esperando que surjan personas que puedan tomar la posta.

Miraré la cinta de nuevo, lo más pronto que pueda, como forma de homenaje. Lo otro que me queda es mencionar aquí su muerte, como harán otros muchos.

Hace bastante tiempo, me planteé el dilema de la definición de "buen hombre". Una de las que más me convencen, aunque incompleta, es la que dice que un buen hombre es aquel que, entre todas las debilidades y errores propios de la condición humana, sabe reconocer fallas, admitir culpas y tratar de enmendarlas y corregirlas. En ese sentido, Robert McNamara fue un "gran buen hombre", porque si bien cometió errores de gran envergadura en su puesto de Secretario de Defensa de EEUU durante la Guerra de Vietnam, no lo hizo como un fanático, sino con la sincera convicción de servir a su país y hacer lo correcto. En el proceso comprendió que él y muchos otros estaban equivocados, y no dudó en mostrar lo que pensaba. Trató de corregir a un gobierno enfermo de arrogancia, y luego, ya sea por su culpa o por su convicción de que debía seguir insistiendo, no dejó de gritar a los cuatro vientos que la mejor manera de luchar en una guerra era nunca comenzándola.

Como un certero analista de cuestiones numéricas, McNamara fue además un hombre con una formación humanista que le impidió quedarse solamente en las estadísticas. A fuerza de golpes terminó comprendiendo mucho sobre el impacto de las decisiones humanas en los números pequeños, y su conciencia moral no le impidió caer en los fallos de muchos ingenieros o analistas del sector privado que sólo buscar ahorrar. En este sentido, su decisión de hacer el Ford Falcon el primer automóvil que sale de fábrica con un cinturón de seguridad es tal vez una muestra de que él creía que la obligación moral de mejorar el mundo era de todos.

Por si fuera poco, en un mundo tan tecnificado y tecnofílico como era las décadas de 1950 y 1960, no dejó de marcarnos pistas sobre cómo la tecnología no tiene la solución a todos los problemas, y es necesario aprender a diseñarla y utilizarla para que sirva realmente en el mejoramiento de la civilización humana.

No me queda más que recomendar la lectura de este detallado artículo del New York Times, el cual hace una semblanza de este Secretario de Defensa tan particular y único, tanto por sus experiencias y errores como por sus enseñanzas. Y, claro, pedirles que vean The Fog of War. En él se resumen todas las cosas que los principales estadistas deberían saber, siempre que tengan al alcance el botón de la guerra.

domingo, julio 05, 2009

Iniciativa

Durante la segunda guerra Boer, el jefe británico en Spion Kop, sir Charles Warren, tuvo que cruzar el río Tugela para enfrentarse al enemigo. Del otro lado lo esperaba un grupo de infantes enemigos, aproximadamente unos 600.

Luego de 26 horas perdidas en la supervisión del cruce de su equipaje y ajuar personales, el brillante estratega británico logró pasar a la otra orilla... para encontrarse con un ejército de 6.000 infantes enemigos.

viernes, julio 03, 2009

Órdenes incuestionables

Georgios Hatzianestis era un general griego que, durante la caótica guerra entre Grecia y Turquía (la cual Turquía considera una Guerra de Independencia), actuó como comandante en jefe de todas las fuerzas griegas.

Las autoridades deberían haberselo pensado mucho antes de nombrarlo. Aunque sólo ejerció entre mayo y septiembre de 1922, último año de la guerra, no es descabellado pensar que fue el comandante más extravagante de la historia.

Aparentemente, Hatzianestis sufría de alguna perturbación mental. Al igual que muchos otros militares, daba sus órdenes desde lugares muy apartados del conflicto, en este caso su yate personal. Sin embargo, esto no era nada comparado con otra de sus extravagancias. A veces creía que no podía mover las piernas, y por lo tanto, no se levantaba de la cama. No pocas veces pasaba horas sin contestar las preguntas de sus subordinados: estaba convencido de que estaba muerto. Por lo tanto, consideraba ilógico dar órdenes, porque nadie en su sano juicio seguiría las órdenes de un muerto.

Demasiado tarde, las autoridades griegas comprendieron su error y reemplazaron al esquizofrénico militar por el general Tricoupis. Lamentamente, el nombramiento tardó tanto que el reemplazo se enteró de su ascenso cuando era prisionero de los turcos.

Una cierta ironía puede detectarse en el hecho de que, finalizada la guerra, Hatzianestis se covenció finalmente de que había muerto. La derrota militar y el caos de la época propiciaron un golpe de estado, del cual emergió una junta gobernante. Esta creó una corte especial para juzgar a las cabezas del gobierno anterior: se la conoció como Juicio de los Seis. Hatzianestis era el único militar, ya que los demás eran funcionarios.

El 15 de noviembre de 1922, esta corte sentenció a los seis a morir ejecutados. Los cargos eran alta traición y el haber llevado a Grecia a una deshonrosa pérdida política y militar. Ese día, de madrugada, y antes de que la decisión de la corte fuera comunicada al país, Grecia perdió definitivamente al que sin duda fue su peor general.

miércoles, julio 01, 2009

Capturando el fuerte de Douaumont

Vista aérea del fuerte en 1916Durante gran parte de 1916, decenas de miles de soldados franceses murieron intentando reconquistar el fuerte de Douaumont, en Verdún, una importante posición estratégica. A comienzo de ese año, el mismo fuerte habia sido conquistado por un solitario sargento alemán, que entró en él y lo encontró prácticamente desierto.

Esta serie de fortificaciones había sido construida hacia 1885, cerca de la frontera con Alemania, al norte-este de Francia. Constantemente se lo reforzó, hasta las postrimerías de la Gran Guerra. Su posición estratégica provenía del hecho que dominaba las alturas de una zona montañosa.

Con un largo de 400 metros y unos 30.000 metros cuadrados, su guarnición tenía en el fuerte un gran refugio de la artillería enemiga, habiendo dos niveles subterráneos con techos de concreto reforzado por acero, de 12 metros de ancho. Podían también crear mucho daño en el enemigo, al hacer uso de las casamatas armadas con cañones de 75 mm y uno de 155 mm, además de las ametralladoras del perímetro.

Sin embargo, cambios apresurados de planes hicieron que a la guarnición se le ordenara bajar la guardia.

Al estallar la Gran Guerra, las tropas alemanas hicieron uso de los mayores cañones de la época, demoliendo en poco tiempo las fortalezas belgas que estaban en el camino. Estas fortalezas eran consideradas lo mejor de la época, en un momento en que la guerra se había hecho estática gracias a la política de armar y blindar los fuertes hasta los dientes.

Al demostrar en poco tiempo que nada se pondría en el camino de sus supercañones, los alemanes forzaron a los estrategas franceses a pensar de otra manera. En agosto de 1915, la gran guarnición de Douaumont fue reducida, y se quitó de las casamatas casi todo el armamento, a excepción de un cañón de 75 mm y el de 155 mm. De esta manera, se abandonaba un fuerte que, de pronto, parecía tener poco valor ante las armas alemanas.

En febrero de 1916, la guerra había consumido ya enormes cantidades de vidas. La ofensiva de Verdún, diseñada por los germanos, buscaba atraer a la Entente anglofrancesa a una batalla decisiva, una batalla de desgaste que ellos pensaban ganar.

Uno de los objetivos centrales de la ofensiva era justamente el fuerte de Douaumont. Sin embargo, el fuerte ahora era un lugar fantasma, ocupado por solo 30 hombres que apenas podían defenderse con dos cañones. Sin saber esto, los alemanes fueron precavidos en su avance. Douaumont era un objetivo difícil de capturar, comparable a los fuertes belgas más resistentes.

El 25 de febrero de 1916, parte del 24º Regimiento Brandenburgo, de la 6º división alemana, se acercó al fuerte y comenzó a desplegarse. El enemigo estaba atrincherado en los niveles más bajos del complejo, ya que por muchas horas había habido un gran bombardeo de artillería. Uno o más disparos de los morteros alemanes de 420 mm en la zona había dejado fuera de servicio la torre del cañón de 75 mm, golpeando también otras partes del fuerte.

Posiciones defensivas del fuerte, aparentemente, un cañón en torre giratoria.Sin comunicación con sus superiores y sin contacto con el mundo exterior, los franceses no sabían qué esperar. Los únicos que podían hacer algo para repeler el ataque eran los servidores del único cañón de 155mm, que seguía en funcionamiento. Para colmo, el clima dificultaba la visibilidad. Diez ingenieros de combate que se acercaron al fuerte fueron vistos por los nidos de ametralladoras dispuestos cerca del pueblo de Douaumont, pero éstos los confundieron con una patrulla de tropas coloniales que buscaba refugio y no abrieron fuego.

Al frente de este grupo de ingenieros estaba el Sargento Ingeniero Kunze. Con mucha cautela recorrieron los alrededores y descubrieron que las posiciones defensivas estaban vacías. Kunze incluso se animó a abrir una de las escotillas que comunicaban al fuerte con el exterior, e ingresó por ella al complejo. Sus hombres pensaban que era imposible que una posición tan importane estuviera totalmente vacía, así que no lo acompañaron, pensando que se trataba de una emboscada.

De esta manera, el sargento ingresó solo a uno de los fuertes más importantes de Francia. Por un buen rato recorrió el fuerte, confirmando sus sospechas de que estaba vacío. Finalmente encontró al equipo encargado de manejar el cañón de 155 mm, a quien Kunze capturó, solamente armado con su fusil.

Para ese momento, otro grupo del Regimiento Brandenburgo llegó al fuerte. Estos soldados, liderados por el Teniente Radtke, hicieron contacto con los hombres de Kunze al ingresar al complejo defensivo. Radtke, como era de mayor graduación, tomó el mando y organizó a las tropas para que revisaran toda la zona, capturando algunos soldados franceses en el proceso, y asegurando el dominio del lugar. Cuando todo había terminado, arribó el grueso de las tropas alemanas, dos columnas encabezados por el Capitán Haupt y por el Teniente Coronel von Brandis.

El fuerte de Douaumont había sido capturado sin disparar un sólo tiro. La única baja alemana fue uno de los hombres de Kunze, quien se raspó una rodilla.

De esta manera, uno de los principales puntos defensivos franceses quedó en manos alemanas. Esto provocó un terrible escándalo en las esferas civiles, que justificó por mucho tiempo las airadas protestas contra la incompetencia de las clases militares. En suma, fue un enorme golpe al orgullo francés.

Mientras tanto, los alemanes lo convirtieron en una base de retaguardia para facilitar la logística de las tropas en la zona.

Más fortificaciones de la zonaPor cuestiones políticas y militares, el fuerte tenía que ser recapturado, y los franceses se abocaron rápidamente a ello. Los alemanes aprendieron el obvio error y mantuvieron una férrea defensa. Desde mayo de 1916, las tropas francesas fueron repelidas una y otra vez, sufriendo grandes bajas. La zona, constantemente cruzada por disparos de artillería de ambas partes, fue una postal más de la Gran Guerra.

La mala suerte, sin embargo, corrió ahora para el lado opuesto. El 8 de mayo, un grupo de soldados bávaros se puso a preparar café demasiado cerca de un grupo de granadas. Estas estallaron, rompiendo los tanques de combustible de algunos lanzallamas cercanos, los cuales provocaron bolas de fuego aterradoras que corrieron por los pasillos subterráneos del complejo, llegando finalmente a un depósito de proyectiles de artillería de 155 mm. El interior del fuerte se convirtió en un infierno, al ir estallando o incendiándose otros materiales y consumirse el oxígeno en los túneles subterráneos. Cientos de soldados alemanes murieron casi instantáneamente, incluyendo a los oficiales a cargo del complejo. Totalmente desorientados, unos pocos sobrevivientes salieron como pudieron al aire libre, en donde sus propias tropas, al confundirlos con un ataque de infantería francesa, los ametrallaron.

Aunque no se sabe la cifra exacta, se calcula que entre 600 y 650 hombres (según las fuentes) murieron en una sola sección del fuerte, la cual, por respeto, fue sellada y es considerada oficialmente, desde entonces, un cementerio militar alemán.

Incluso después de esto, el fuerte soportó varios meses más. Fue recapturado para Francia el 24 de octubre de 1916, por parte del Regimiento de Infantería Colonial de Marruecos, una vez que los alemanes lo abandonaron en la retirada. Irónicamente, los franceses le habían administrado el tratamiento artillero que una vez habían temido recibir por parte alemana: piezas de 370 y 400 mm montadas en cureñas ferroviarias lo habían bombardeada a larga distancia durante días.

Un alto mando francés calculó que se perdieron unas 100.000 vidas en los muchos intentos de captura del fuerte, en una de las épocas más sangrientas de la Gran Guerra.


Sin embargo, la curiosa historia no termina allí. A la hora de premiar a los responsables de una captura tan perfecta, las autoridades alemanas se olvidaron totalmente de Kunze. En su lugar, el Teniente Coronel von Brandis fue condecorado con la Órden al Mérito. Como oficial de más alto rango presente en la operación, había sido el autor del reporte oficial de la captura, y no sorprendería a nadie que haya adornado su participación en el evento, que fue más bien anecdótica. De hecho, en el informe ni siquiera aparecen mencionados Radtke o Kunze. También fue condecorado el Capitán Haupt, igualmente con la Órden al Mérito, a pesar de que no había hecho nada especial.

Los dos mayores héroes del día tuvieron que esperar hasta la década de 1930 para ser debidamente recompensados. Historiadores de un comité de revisión alemán encontraron la verdad, y el gobierno corrigió los errores. Kunze, quien para la época era oficial de policía, fue ascendido, mientras que el Teniente Radtke recibió un retrato autografiado de Guillermo, el último príncipe heredero del Imperio Alemán, quien desde hacía tiempo no tenía ningún peso en la política del país. No hay que olvidar que, después de todo, el coraje de conquistar un fuerte por cuenta propia le corresponde a Kunze.

martes, junio 30, 2009

El récord de velocidad con un avión de hélice

... fue una de las grandes carreras tecnológicas del siglo. Sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial, en cada conflicto bélico se intentó subirlo, pues para un caza la velocidad es un factor muy importante.

En 1906, el brasileño Santos-Dumont logró poner la marca en 40 km/h. Durante las siguientes décadas, diversas copas y campeonatos llevaron a muchos aventureros a seguir elevando la marca. En 1913, Marcel Prevost llegó a los 72,6 km/h.

Durante la Primera Guerra Mundial, si bien no había competencias internacionales ni nada similar, los avances en materia de motores, aerodinamia y otras áreas relacionadas elevaron enormemente la velocidad de los aviones militares. Primero usados como observadores para la artillería, luego como cazas y finalmente como bombarderos, la velocidad (sobre todo la de trepada) se convirtió en un factor importantísimo, porque el avión más rápido podía maniobrar y acercarse a sus oponentes más fácilmente, y en caso de emergencia, el escape también era más accesible.

Finalizada la guerra, la búsqueda de velocidad continuó en manos de pilotos retirados o nuevos, que tomaban aviones militares ya en desuso o construían otros nuevos con el fin de batir récords. Se crearon además numerosos premios internacionales y carreras de todo tipo, incorporándose la categoría de los hidroplanos.

Fue en ésta en donde se lograron los resultados más impresionantes. El récord de velocidad en 1931 ya estaba en 547,633 km/h, cifra lograda por el teniente británico J. N. Boothman (a bordo de un Supermarine S.6B, un hidroavión del cual luego se derivó el famosísimo Spitfire). Los ingleses se hicieron así acreedores a un premio especial, al haber ganado tres veces consecutivas el Trofeo Schneider (anteriormente lo hicieron en 1927 y 1929).

Sin embargo, en esta selecta categoría, los italianos alcanzaron poco después un record que duraría varios años, alcanzando su Macchi MC 72 la escalofriante cifra de 704 km/h. Este record se logró el 23 de octubre de 1934, pero antes, el mismo equipo había logrado récords que ellos mismos continuaron batiendo. Aunque otros aviones de pistón le sacaron el récord absoluto pocos años más tarde, el MC72 continúa siendo hoy día el hidroplano de hélice más rápido del mundo.




Para ese entonces, los proyectos ya estaban patrocinados por los gobiernos europeos, embarcados en una secreta carrera armamentística. Ya en 1937, el caza alemán Me-109, tal vez el más famoso avión de la Segunda Guerra Mundial, dejó la marca mundial en 610,95 km/h, dejando atrás a la marca lograda por Howard Hughes en 1935 (567,115 km/h) con su Racer H-1. Sin embargo, ya no eran aparatos de serie, sino que tenían modificaciones en los motores, que solamente vivían unas horas a causa del esfuerzo.

Embarcado en una carrera entre empresas, luego Heinkel logró subir la marca a 746,606 km/h con el He-100. Pero Messerschmitt contratacó con el Me-209, diseñado ex-profeso, que el 26 de abril de 1939, con el piloto Fritz Wendel a los mandos, logró llegar a los 755,138 km/h. A pesar de utilizar un pequeño "truco" (el avión despegó a 500 metros del suelo, por lo que la presión atmosférica era ligeramente menor), el récord duró 30 años.

En ese momento Darryl Greenmayer, un piloto de SR-71, compró un viejo caza F8F de la US Navy (que podía llegar a los 677 km/h). Luego de modificarlo, el 16 de agosto de 1969 despegó desde la base aérea de Edwards y logró los 782,463 km/h. Más tarde, en 1979, Steve Hinton, a bordo de un P-51 Mustang modificado logró los 803,138 km/h. Finalmente, en 1983 Frank Taylor, otro piloto estadounidense, marcó 832,12 km/h, que sigue siendo el récord actual.

Se puede agregar además, que Greenmayer se apuntó en 1977 el récord de velocidad a baja altura, aunque con un avión a reacción: voló a 1.590 km/h a menos de 150 metros sobre un lago seco de 3 kilómetros. Para esto utilizó un F-104G Starfighter dado de baja en la Luftwaffe.

domingo, junio 28, 2009

El avión más costoso del mundo

... es el bombardero furtivo B-2 de la USAF. Cuesta unos 1.300.000.000.000 (1.300 millones) de dólares.En comparación, todo el ejército ruso gastaba, durante la década de los 90s, menos de 6 mil millones al año.

El B-2 fue diseñado durante la Guerra Fría, con el objetivo de sortear la enorme red de radares soviéticos y, gracias a su diseño furtivo al radar y otros sensores, poder bombardear las posiciones enemigas de manera sorpresiva. Sin embargo, entró en servicio cuando la guerra terminaba, y ya no era de utilidad.

El tremendamente alto costo de este aparato ha sido otra de las causas de su escasa fabricación (21 aparatos, uno de los cuales se estrelló recientemente).

sábado, junio 27, 2009

Higiene bucal

Durante la Segunda Guerra del Golfo entre Irak y la Coalición Aliada en 1991, las tropas británicas registraron un inusitado consumo de champú, muy superior al normal. La explicación era sencilla y no implicaba la suciedad ni la molestia que causaba la arena. Los recipientes se usaban para pasar de contrabando grandes cantidades de licor desde y hacia Arabia Saudita.

viernes, junio 26, 2009

El cañón experimental más ambicioso

... fue el proyectado por el doctor Gerard Bull para ser construido en Irak, pero nunca se terminó. Las piezas, camufladas como material para la construcción de torres de extracción de petróleo, fueron interceptadas y destruidas, y Bull asesinado, supuestamente por agentes israelíes.

Por los restos encontrados se calcula que hubiera tenido un calibre de 1.000 mm y unos 5 km de largo. Obviamente estaba emplazado sobre la falda de una colina y no podría ser movilizado ni desensamblado, lo que lo hubiera hecho vulnerable a cualquier ataque, especialmente aéreo. Sin embargo su capacidad de destrucción podría haber colocado proyectiles a unos 965 km de distancia, permitiendo así a Saddam Hussein bombardear Israel, incluso con cabezas químicas o biológicas.

Por lo que se sabe, la idea general de este cañón hubiera sido similar a la del V-3, un arma experimental que entró en servicio para Alemania en la Segunda Guerra Mundial.

jueves, junio 25, 2009

El record mundial de disparo parabólico de un proyectil de artillería

... fue logrado sin duda por los Cañones de París, gigantescos supercañones alemanes de la Primera Guerra Mundial (también conocidos como Big Bertha). Aunque en esa contienda los alemanes nunca pudieron ocupar esta ciudad francesa, sus habitantes no estaban tranquilos, porque varias piezas de artillería los bombardeaban desde las líneas alemanas situadas a más de 100 kilómetros de distancia.

Estas unidades estaban montados sobre pesados afustes transportados por trenes, que se escondían cerca de los bosques para evitar ser detectados. Con un calibre de 210 mm, estos cañones podían enviar sus proyectiles a la estratósfera, a una altura de 40 km, en donde la menor densidad del aires hacía posible un vuelo más prolongado. Hasta la llegada del V-2 (cuyo primer vuelo de pruebas fue en 1942), estos proyectiles fueron el objeto lanzado a mayor altura en la historia de la Humanidad. Se trata en realidad del límite de la atmósfera con el espacio.

Estos cañones tenían 34 metros de largo y pesaban 125 toneladas, de manera que su transporte se hacía dificultoso. Se precisaba un gran convoy de muchos vagones para transportar a los tiradores, cargadores, técnicos, mecánicos, municiones, etc. Todo era gigantesco en estas unidades: la carga de pólvora pesaba 180 kilogramos, y el proyectil unos 120 kilogramos. Uno de los puntos flojos de este proyectil era que la carga explosiva era de sólo 7 kilogramos. Sin embargo, la enorme velocidad inicial le permitía, en 170 segundos de trayectoria, recorrer 131 kilómetros, de manera que la velocidad de impacto debía ser otro factor importante del daño causado.

A pesar de que eran muy imprecisos, bombardear un objetivo tan grande no era un problema: una compleja red de espionaje hacía que agentes en París se comunicaran con agentes en Suiza, que a su vez se comunicaban con Berlín de allí con la batería, para poder ajustar los disparos. El proceso tardaba unas cuatro horas. Entre marzo y agosto de 1918, tres cañones de este tipo lanzaron 351 proyectiles sobre París, desde el bosque de Crepy, matando a 256 personas y matando a 620. Eran más bien armas psicológicas, que en la siguiente guerra sería todavía más utilizadas, y con resultados incluso mejores.

Muchos datos acerca de estas armas se han perdido, debido a la forma en que terminó la guerra. Se sabe que se construyeron 21 cañones, usando otros de 380 mm sacados de piezas navales y adaptados al calibre de 210 mm. Sin embargo, durante casi toda la guerra solamente se construyeron dos cureñas ferroviarias. El desgaste era tan grande que después de 65 disparos se los recalibraba a 240 mm, modificándose así las pocas piezas en servicio. Esto puede explicar por qué, aunque se capturó una de las dos cureñas, esta no tenía instalado el cañón, y no se encontró ninguno al finalizar el conflicto. Es de suponer que, en la vorágine del conflicto, hayan sido fundidos para poder construir armas de necesidad más urgente, habiéndose desgastado más allá de toda reparación.

martes, junio 23, 2009

El record de altura logrado por un proyectil de artillería



... fue logrado el 19 de noviembre de 1966 por el supercañón HARP (High Altitude Research Proyect, Proyecto de Investigación de Gran Altitud), creación del doctor canadiense Gerard Bull. Logró la terrible altura de 180 kilómetros, lo que equivaldría a unos 200 kilómetros de tiro horizontal.

El sueño de Bull era lograr un cañón capaz de poner en órbita satélites artificiales, pero debido a la sospecha de que comerciaba diseños de armas con Irak fue asesinado (supuestamente por espías israelíes) en Bruselas en 1990, lo que truncó sus proyectos.

domingo, junio 21, 2009

La mayor bomba convencional


... fue la Grand Slam, utilizada por los británicos durante la Segunda Guerra Mundial, a partir de marzo de 1945. El único avión del Comando Aéreo Británico que podía cargarla era el cuatrimotor Lancaster, ya que medía 7,5 metros por 1 y pesaba ¡10 toneladas! La Grand Slam fue utilizada cuarenta veces, siempre contra objetivos altamente fortificados, principalmente viaductos y otras vías de comunicación, causando grandes destrozos.

En comparación, hasta hace poco tiempo la mayor de la actualidad no pasaba de las 6 toneladas.

jueves, junio 18, 2009

La bomba nuclear más potente

... fue probada por la URSS el 30 de octubre de 1961. Era una bomba H (de fisión-fusión) y tenía la potencia aproximada de 4.000 bombas de las arrojadas en Hiroshima: 50 megatones, unas 5.000.000.000 de toneladas de TNT. Particularmente interesante es saber que las autoridades soviéticas planeaban hacer que tuviera una potencia de 100 megatones, pero lo consideraron un poco peligroso de manera que rebajarlo dicha potencia.

martes, junio 16, 2009

El avión de carga más grande del mundo

El An-225 con la lanzadera Buran en sus espaldas.
... es el soviético/ucraniano Antonov An-225. Mide 84 metros de largo, 18,20 metros de alto y tiene una envergadura de 88,40 metros, además de una superficie alar de 905 m2.

Este gigante puede llevar hasta 250 toneladas y cargar igualmente 300 toneladas de combustible para realizar viajes de hasta 15.400 km, dependiendo del peso al despegue.

Su record absoluto de carga es de 189,980 kilogramos, certificados en 2009 cuando tuvo que transportar un generador de energía. Además tiene el record de la carga más grande: en junio de 2010 llevó dos hélices de un generador eólico para una turbina de prueba desde China hasta Dinamarca, midiendo cada una de ellas 42 metros.


Las dimensiones de su bahía de carga son 4,4 metros de alto x 6,4 metros de ancho y 43 metros de largo. Como puede apreciarse en muchas fotografías, en su interior caben camiones, vagones y locomotoras enteros, e incluso los más grandes helicópteros, siempre que se les desmonte las hélices. Necesita una pista de aterrizaje de entre 3 y 3,5 kilómetros, pero puede llevar varios tanques de combate a una altura de 11 kilómetros y volando a 850 km/h.

El An-225 puede hacer todo esto porque fue diseñado para un propósito muy particular: llevar en sus espaldas al equivalente soviético del transbordador espacial estadounidense, la lanzadera Buran. Este vehículo espacial, si bien externamente era casi una copia del Shuttle, era totalmente diferente en otros aspectos y de hecho tenía capacidades muy superiores, como la de poder despegar y aterrizar sin tripulación. Lamentablemente el Buran solamente voló una vez (sin tripulación) y fue cancelada por problemas económicos durante la caída del régimen.

Esto hizo que del An-225 solamente se completara una unidad, en 1988, mientras la segunda quedó parcialmente ensamblada. A pesar de esto, los records del Mriya se mantienen: no es un avión experimental ya que consiguió certificaciones de vuelo y estaba planeada la construcción en serie de una pequña cantidad


El Mriya en comparación con un pequeño avión, en primer
plano, en un aeropuerto.
Hasta 1989, cuando entró en servicio el An-225 Mriya, el mayor avión del mundo era el An-124 Ruslan, que podía llevar 150 toneladas a 900 km/h hasta 5.000 kilómetros de distancia. Actualmente, los dos modelos suelen ser alquilados a otros países, algunos de la OTAN o para operaciones de la ONU, así como para llevar cargas comerciales (enormes generadores eléctricos, piezas de turbinas de generación de energía, etc.). Estos aviones son extremadamente caros de mantener, y por eso muy pocos países pueden darse el lujo de tenerlos permanentemente en sus inventarios. Para tener una idea de los costos involucrados, el alquiler del Mriya para llevar una gran pieza desde Dinamarca hasta Kazakhstan puede llegar a costar 2 millones de dólares.

domingo, junio 14, 2009

El más grande cañón de artillería...

...fue construido por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.

El cañón terrestre no fue experimental, sino que fue declarado operativo y usado en varias ocasiones. De nombre Dora, también fue conocido como Gustav. Con un calibre de 800 milímetros, debía ser movido en una enorme cureña ferroviaria, y requería de tantos recursos como una división acorazada completa para mantenerse operativo.

245 vagones de tren eran necesarios para transportar todas las piezas: el poderoso Gustav era tan enorme que debía ser ensamblado en el lugar donde iba a usarse. En este espacio también iban los 500 sirvientes del arma, con todo lo necesario para construir las barracas necesarias para que vivieran. Se emplazaban baterías antiaéreas y unidades de infantería en la zona, para protegerlo de cualquier interferencia enemiga. Entre 3 y 6 semanas y hasta 5.000 hombres eran necesarios para completar el proceso, en el cual se hacía uso de material especializado, como por ejemplo grúas de 10 toneladas que se habían diseñado especialmente para esa tarea.

Una vez construido, sólo necesitaba de 350 servidores, y tenía una cadencia de disparo de 4 disparos por hora, o de 14 por día. Esto puede parecer poco, pero en la práctica, incluso los blancos más fuertes que se le dieron sólo soportaron unos pocos disparos antes de quedar hechos polvo.

Diseñado originalmente para hacer frente a la Línea Maginot, como esta fue capturada rápidamente, terminó siendo usada en el Frente Este, donde demolió varias superfortalezas soviéticas. Se lo utilizó en el asedio de Sebastopol en compañía de morteros de de 600 milímetros.

Gustav, de hecho, se hizo muy conocido en todo el Frente Este; su efecto era muy desmoralizante, pues su estampido se escuchaba a 15 kilómetros de distancia. Tenía 9 pisos de altura y pesaba 1.350 toneladas: se necesitaron 5.000 hombres trabajando hasta 6 meses para terminarlo; su dotación regular era de 350 personas. Disparaba proyectiles de 7 toneladas (grandes como una persona adulta), de los que solamente podía llevar 48, a entre 40 y 63 km, aunque con un proyectil experimental parece haber logrado alcanzar la escalofriante cifra de 150 km de alcance.

A pesar de ser tan masivo, tenía una buena precisión, la cual estaba ayudada por cuidadosos estudios climáticos y por observadores de artillería en aviones. Sin embargo, su punto débil era la movilidad. El frente avanzaba mucho más rápido, y por eso sólo se lo utilizó en asedios. Después de Sebastopol, fue enviado a Leningrado. Para ese entonces el cañón había realizado unos 300 disparos y se requería una revisión general de las piezas, de manera que el arma fue desarmada y los trenes dispersados para evitar su captura o destrucción. Su final fue igual de silencioso y misterioso que el de los antiguos Cañores de París: cuando los Aliados comenzaron a destruir las vías férreas y algunos de los vagones del sistema de armas, sus servidores inutilizaron o destruyeron las piezas de manera que no pudieran caer en manos enemigas.





Gustav es conocido como el mayor cañón que fue utilizado a gran escala. A pesar de todo, existió un cañón (técnicamente hablando, sería mejor decir un mortero) todavía más grande en la contienda, uno de 910 mm utilizado por los estadounidenses en el Pacífico. Sin embargo su existencia es todavía más anecdótica, ya que solamente hizo un disparo en toda la guerra, durante la campaña de Okinawa. No estaba montado sobre un soporte, sino que éste tenía que ser cavado muy profundamente y luego rellenado. Además tenía una precisión muy escasa debido al mal diseño del proyectil de 1 tonelada, y solamente tenía un alcance de 10 km.


La foto reproduce una unidad de ese mortero desplegada en el campo de pruebas de Aberdeen, en donde se han probado armas y vehículos militares de EEUU por décadas.

viernes, junio 12, 2009

El ejército de caballería más grande de la historia...

... fue el empleado por los soviéticos en la Segunda Guerra Mundial. Cuando las condiciones del terreno eran tan difíciles que dificultaba el avance de la infantería que apoyaba a los tanques, la caballería pasaba a ocupar su lugar. Numerosos fuerzas de caballería eran respaldadas por unidades de blindados y ayudaban a evitar infiltraciones alemanas por los bosques. Este ejército estaba integrado por unos 600.000 jinetes con sus cabalgaduras, y causaron gran caos en ciertas partes del frente este.

Hay que aclarar que no fueron utilizados nunca en una operación a gran escala, sino que estaban desperdigados en diversas áreas.

miércoles, junio 10, 2009

Muchos cambios juntos

El mes pasado me tomé unos días para terminar de implementar el último cambio del diseño que tengo planeado. Como pueden ver desde hace unas semanas, los artículos de Casus Belli tienen dos columnas en lugar de tres.

Costó menos esfuerzo del que había pensado, porque con la última diagramación y el uso de CSS, todo se hace más fácil.

La eliminación de una de las columnas, me permite poner fotografías más grandes y más texto en cada pantalla. Además reduzco un poco la publicidad, que no hace tanta falta, y centralizo todo lo que no es el artículo en sí en una sola columna.

Espero que les agrade el nuevo diseño, yo estoy contento porque me gusta poner fotos grandes, y antes se complicaba. Además, aproveché para corregir algunos errores como columnas pegadas o demasiado separadas, y terminé de borrar ciertos archivos arcaicos que seguían dando vuelta y siempre dejaba para más tarde.

Estoy empezando a subir al blog la sección de récords, así que atentos a eso. Después seguiré con más anécdotas y curiosidades de guerras de todas las épocas.

sábado, junio 06, 2009

Casus Belli más vistoso

Hace años que tengo ganas de agregar videos al sitio, lo cual he podido hacer muy de a poco gracias a Youtube. Pero ahora tengo una novedad.

Espero que les guste, creo que quedó muy bonito. Que lo disfruten y sepan compartirlo con los amigos. Es una forma más de celebrar el aniversario del sitio y conmemorar fechas cruciales de la historia (hoy se cumplen 65 años del desembarco en Normandía), agregando detalles de interés para todos, sean usuarios nuevos o ya "veteranos". Pero eso solamente un comienzo...

lunes, junio 01, 2009

Actualización de junio... y lo que viene

Hoy estoy subiendo la actualización de este mes, que va de tanques checoslovacos al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, un pedazo de la historia que suele olvidarse. Si bien podría (y tal vez debería) poner artículos sobre vehículos más conocidos, el asunto es que no me gusta repetir todo lo que hay en la red, prefiero profundizar, y aprender un poco más para mí, en temas no tan familiares para el "aficionado promedio".

Como podrán ver, sigo poniendo anécdotas del sitio en el blog, espero que gusten.

Por otra parte, en julio se cumplen 9 años del lanzamiento del sitio y esto, combinado con el 70º aniversario del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, me ha inspirado a una nueva serie de actualizaciones temáticas, mezclando ambas conmemoraciones (una, claro, infinitamente más importante).

Así qué, en esas fechas simbólica (como, por ejemplo, el 6 de junio, el 10 de julio o el 1 de septiembre :D) pasen y vean, que habrá cosas nuevas muy interesantes, algunas de ellas nunca antes vistas en el sitio. Prometo que más de uno se sorprenderá en los meses por venir.

sábado, mayo 30, 2009

Japlish

Los aficionados al anime y los que hayan visto anuncios o revistas en japonés habrán notado que en este país hay una forma muy particular de usar el inglés. Muchas palabras se han colado directamente en su idioma, en donde sobresalen bastante al ser pronunciados. Pero no se trata solamente de palabras que reflejan conceptos modernos o importados, sino que también el inglés a veces se usa extravagantemente, ya sea en títulos de series, en nombres de productos y malas traducciones, creando estructuras gramaticales contradictorias o combinaciones de palabras sin sentido. A este japonés-inglés se lo ha denominado japlish.

Se puede decir que el japlish surgió al final de la Segunda Guerra Mundial, momento en el cual Estados Unidos influyó fuertemente en la construcción de la democracia nipona, en la reestructuración de su estructura civil y militar. Desde finales del siglo XIX, Japón había vivido aislado de todas las culturas extranjeras, y no existía por lo tanto contacto con otros idiomas (aunque sí lo había habido en la época anterior). Por otra parte, el gobierno tradicionalista y nacionalista que había dominado su política por décadas había hecho todo lo posible por exaltar la cultura nipona por sobre las otras.

Pero al ser ocupado el país por Estados Unidos, todo cambió. Japón se abrió a Occidente y principalmente a la cultura estadounidense, adoptándose de a poco palabras, usos y costumbres. Tanto fuera por moda, por necesidad o por cuestión económica (el dinero estadounidense traído por los soldados ayudó mucho a remontar las finanzas de los civiles que vendían sus servicios), los japoneses fueron incorporando palabras sueltas y ciertos rudimentos del inglés, aunque evidentemente, la falta de una enseñanza formal del idioma ayudó a que comenzaran a surgir anuncios como estos:


El gesto de sorpresa del soldado tal vez está estudiado y la foto es una pose, pero no es de sorprender que muchos colegas lo hayan repetido de manera más espontánea. El local del anuncio es una lavandería, pero lo demás no tiene sentido.

Actualmente, aunque los jóvenes japoneses aprenden inglés en la escuela, el japlish sigue floreciendo en algunos anuncios publicitarios y títulos de series de anime, así como en otro momento fue norma común en muchos de los primeros videojuegos japoneses exportados, que carecían de una traducción decente.

lunes, mayo 25, 2009

El teniente J. R. R. Tolkien

Pocos saben que la primera gran obra de J. R. R. Tolkien, famosísimo autor de la trilogía El Señor de los Anillos y de El Hobbit, comenzó a escribirse en un hospital militar, mientras el escritor se recuperaba de su paso por las trincheras de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

Habiéndose graduado antes de presentarse como voluntario (cuando en Inglaterra aún no regía el reclutamiento militar obligatorio), recibió automáticamente un puesto de oficial como teniente segundo, a mediados de 1915. En esa época, era normal que los oficiales fueran reclutados de entre los egresados universitarios (incluso, su mejor amigo C. S. Lewis cursó en Oxford solamente un semestre en 1916 para aumentar sus antecedentes antes de ingresar).

El año anterior había tenido lugar una verdadera carnicería: Tolkien perdió a todos menos a dos de sus amigos de la infancia. Sin embargo, como muchos otros ingleses, creía en su obligación de servir a su patria como fuera más necesario, y eso incluía hacer tareas que no le atraían mucho.

Como todos los soldados participantes del conflicto, Tolkien sufrió tanto el aburrimiento como las espantosas batallas de la Gran Guerra, lo que para muchos marcó totalmente su carácter y su forma de encarar la vida. Aunque no fue herido, sí sufrió de la fiebre de las trincheras, transmitida por la enorme cantidad de piojos que todos en el frente padecieron, desde el oficial de mayor graduación hasta el soldado más humilde.

Fue así como terminó en el hospital, hacia finales de 1916. Siendo una persona poco organizada, no es raro que, estando muy aburrido, se haya puesto a escribir (en el frente, según lo declaró en una ocasión, era imposible hacerlo, entre otras cosas por la suciedad). Allí comenzó a delinear la primera versión (de muchas) de El Silmarillion, una saga sobre unas joyas creadas por elfos que terminaban desatando enormes guerras y calamidades.

Durante décadas, Tolkien continuó escribiendo esta obra, adaptándola para que encajara como mito de la creación del mundo ideado para El Señor de los Anillos (trilogía que cubre parte de la Tercera Edad del mundo, mientras que El Silmarillion, mucho más complejo, abarca los largos siglos de la Primera y la Segunda, y la primera parte de la Tercera). A pesar de ser la primera gran obra que comenzó a escribir, nunca la terminó y tuvo que ser publicada póstumamente por su hijo Christopher.

Tolkien tuvo problemas financieros toda su vida (excepto en sus últimos años, gracias al éxito de su aclamada trilogía). Sin embargo, nunca reclamó la pensión que merecía por ser veterano de guerra ni por su convalescencia (la fiebre de trinchera estaba considerada como una forma de incapacidad, y Tolkien tuvo muchos problemas de salud por un tiempo). Tampoco solicitó las medallas ni condecoraciones que merecía por haber participado en la ofensiva del Somme, de la cual salió milagrosamente ileso (fue una de las mayores carnicería de un conflicto ya de por sí sangriento). Aunque la guerra seguramente lo marcó negativamente y le dejó muchas secuelas emocionales, su sentido del deber y del honor le marcaban que debía cumplir la tarea dada por su patria sin pedir nada a cambio.

viernes, mayo 22, 2009

Nuestra flota va a la Luna

Los caminos de la fortuna fueron realmente muy extraños para la flota del Kaiser Guillermo II durante la Primera Guerra Mundial. Acosados por la Royal Navy, los que sobrevivieron al conflicto fueron internados en la base naval de Scapa Flow, hasta el año 1919. La guerra, si bien terminó técnicamente en 1918, continuaba latente hasta que no se firmara una serie de acuerdos de guerra formales, los cuales tardaron mucho tiempo en debatirse.

Mientras tanto, las tripulaciones vivían a bordo y, por diversas razones, comenzaron a creer que los ingleses se apoderarían de sus barcos, maniobra que ningún marino podría soportar. Los capitanes decidieron entonces hundir la flota completa antes de permitir su captura, inundando los buques a una orden coordinada para que no hubiera rendición posible.

Todo se llevó a la práctica a la perfección en la fecha planeada, llenando el fondo de la zona con numerosos buques en perfecto estado. Solamente unos pocos buques se salvaron.

Muchos años después, parte de esa flota logró llegar a la Luna de la mano de los proyectos Apollo estadounidenses. ¿Cómo sucedió esto? Los aparatos de medición espaciales necesitaban ser muy precisos para medir la radiación del espacio exterior. Para ellos se necesita acero muy puro; el problema es que para hacer acero se necesitan enormes cantidades de aire. Luego de 1945, las constantes explosiones nucleares de prueba habían llenado la atmósfera terrestre de todo tipo de sustancias radioactivas, las cuales contaminaban el acero producido. Ese acero daría lecturas erróneas al ser utilizado en los programas espaciales: la cantidad no es letal ni muy significativa a nivel humano, pero sí a nivel científico.

La solución fue reflotar parte de esta flota alemana, que estaba construida con el mejor acero de la época, y que al estar sumergida en el océano antes de 1945, no están contaminadas radioactivamente. De esta manera la flota del Kaiser Guillermo II ha logrado llegar a la Luna e incluso estar en la sonda Voyager, que ya ha salido hace tiempo del Sistema Solar.

Obviamente este tipo de maniobras no es algo normal, ya que generalmente los buques de guerra se hunden con su tripulación (o una parte de ella), lo cual los convierte automáticamente en tumbas que deben ser respetadas. En el caso de la flota perdida en Scapa Flow, la falta de muertos ha permitido hacer esto, más allá de las quejas del gobierno alemán. En otros casos donde se ha tratado de reflotar buques alemanes perdidos en la Segunda Guerra Mundial, todo termina cuando se menciona la cuestión de la tripulación que sigue estando allí sumergida.

martes, mayo 19, 2009

Cuestión de números

Solamente durante la Primera Guerra Mundial, se fabricaron cerca de 100.000 millones de balas, suficientes como para matar unas 45 veces a toda la población mundial.

viernes, mayo 15, 2009

No sólo los humanos

Luego de haber sobrevivido al infernal fuego de las trincheras durante la Primera Guerra Mundial, un mono sudafricano que era la mascota de la tropa fue condecorado con una medalla y ascendido al grado de cabo.

lunes, mayo 11, 2009

Probada confiabilidad

Mucho se ha hablado sobre cómo la ametralladora revolucionó el campo de batalla en la Gran Guerra, y cómo los ejércitos de ambas partes no supieron comprender esto a tiempo para cambiar sus tácticas. Y es que, además de terriblemente potentes, las ametralladoras de la época eran también extremadamente confiables.

La Vickers inglesa probó sin duda de lo que estaba hecha en la batalla del Somme de agosto de 1916, cuando diez de estas ametralladoras dispararon de manera ininterrumpida durante 12 horas. En este período se dispararon casi 1 millón de cartuchos (se dice que faltaron solamente 250 para llegar a este cifra), y las únicas interrupciones fueron para el mantenimiento mínimo (aceitado y cambio de cañones desgastados, principalmente). Se gastaron unos 100 cañones, y cuando se terminaron los 50 litros de agua disponibles para el sistema refrigerantes, los servidores de las piezas sencillamente utilizaron su propia orina.

El modelo utilizado por los franceses, la Hotchkiss, también demostró lo suyo en esa época. En la defensa de Verdún de ese mismo año, dos de estas ametralladoras dispararon de manera continua durante casi diez días (como en el caso anterior, deteniendose obviamente para recargar y cambiar cañones desgastados y aceitar el arma). Como en el caso inglés, salvo algún encasquillamiento aislado, las máquinas continuaron funcionando perfectamente.

Por otra parte, el modelo alemán, la Maxim, no tiene nada que envidiarle. De ella, de hecho, se derivó la Vickers, y por muchas décadas, la Maxim fue utilizada por muchos países en grandes cantidades, incluso en la Segunda Guerra Mundial. Sirvió en zepelines alemanes y en todo tipo de montajes portátiles para los soviéticos, chinos y otros países hasta la década de 1950, y hasta se la pudo ver en servicio en la guerra de Vietnam por parte de guerrilleros y tropas comunistas.

jueves, mayo 07, 2009

La tregua de Navidad de 1914

La batalla de Ypres, a finales de 1914, paralizó momentáneamente la guerra. En ella habían muerto un cuarto de millón de personas, en un espacio de terreno bastante pequeño. Se alejaba la idea propagandística de terminar la guerra antes de fin de año, que había sido diseminada por ambos bandos al menospreciar al enemigo.

Llegó así la Noche Buena, que tuvo luna llena, iluminando un campo de batalla de pesadilla. Los soldados ingleses se percataron, extrañados, de que los alemanes no mostraban la actividad febril de todas las noches. Por otra parte, comenzaron a surgir luces, a las cuales ninguno de sus centinelas se dispuso a disparar. Rápidamente se dieron cuenta de que se trataban de árboles de navidad.

Repentinamente, los alemanes comenzaron a cantar Stille Nacht, Heilige Nacht (Noche de paz, noche de amor), a escasos 50 metros de las trincheras enemigas. En cualquier otro momento, esto hubiera sido impensable y hubiera atraído el fuego inglés. Pero no esa noche. En cambio, los ingleses comenzaron a replicar con sus propios cantos de navidad. Durante una hora continuó esto; cada trinchera alentó a los enemigos a salir, pero ninguno se animó a hacerlo en la noche.

Había comenzado la Tregua de Navidad de 1914.

Más adelante un soldado alemán se atrevió a cantar Noche de paz de pie, convirtiéndose en un blanco perfecto. Para horror de muchos, al poco tiempo un grupo de soldados alemanes comenzó a caminar por la Tierra de Nadie con las manos en los bolsillos, desarmados. Nadie les disparó. Por el contrario, algunos efectivos ingleses los imitaron, encontrándose al poco tiempo en el territorio por el cual antes habían matado y muerto.

Estas pequeñas muestras de cordialidad se fueron repitiendo por todas partes en la zona de Ypres. En algunas partes, los soldados británicos dispararon al aire para asustar a los alemanes que salían de sus trincheras, pero aparentemente en ninguna parte hubo muertos. Sin embargo, en la mayoría de los casos los alemanes y británicos se encontraban en medio de la tierra de nadie, se daban la mano y acordaban una tregua informal para el día siguiente.

El luego comandante Leslie Walkington, entonces un fusilero de 17 años, recuerda que "todo ocurió espontáneamente, en forma muy misteriosa. Un espíritu más fuerte que el de la guerra prevaleció aquella noche."

Al día siguiente, la tregua se respetó a rajatabla. Pero lejos de permanecer en sus trincheras a descansar, ambos bandos se acercaron y continuaron confraternizando. Se sacaban fotos y conversaban. Rápidamente se organizaron partidos de fútbol con latas en lugar de pelotas, y cascos como arcos. Un soldado escocés sacó a relucir un verdadero balón y se organizó un partido más oficial, que aparentemente los alemanes ganaron por 3 a 2. Ni siquiera en estos encuentros relucía la agresividad previa, y se dice que se jugó con mucha caballerosidad; si había algún caído por una jugada fuerte, los adversarios lo ayudaban a levantarse.

Hubo intercambio de botones, cascos y otras cosas como recuerdo. Cada soldado trataban de llamar la atención de los soldados antes enemigos, haciendo uso de alguna de sus capacidades. Se compartieron comida e incluso regalos de Navidad.

Otra labor, esta más desagradable pero igualmente necesaria, fue el enterrar los cadáveres. En esta furiosa contienda, solía suceder con regularidad que los muertos caían en la Tierra de Nadie, y quedaban allí sin recibir sepultura, descompomponiéndose al aire libre. Rápidamente los antiguos contendientes se organizaron para rendir honores a sus camaradas caídos. Se celebraron ceremonias religiosas; hasta los capellanes desobedecieron las órdenes de sus superiores cuando trataban de evitar que los soldados rasos salieran de las trincheras.

En los sectores con soldados franceses, cuya patria estaba siendo invadida, no todo fue tan bien. Algunas ofertas de tregua fueron denegadas a tiros por los franceses. Sin embargo, un capitán de este origen se dedicó, durante la tarde de Navidad, a dar un pequeña concierto con trompetas, violines y otros instrumentos. Terminada la obra, un oficial alemán hizo una reverencia apreciando el gesto navideño, mientras todos aplaudían.

Obviamente, en ambos bandos los soldados se dieron cuenta de que sus superiores no debían saber nada de dicha tregua. Los oficiales que estaban en el campo o la apoyaban o tenían una desconfiada indiferencia; no sucedería lo mismo con los oficiales que vinieran de fuera.

Por eso, cuando los soldados ingleses se enteraron de que un brigadier llegaba para hacer una inspección ante los rumores, aprestaron todo para simular que seguían en guerra. Avisados, los alemanes también se escondieron en sus trincheras. El brigadier encontró todo como debía: los hombres en sus puestos detrás de las ametralladoras, centinelas... pero había un alemán asomando de una trinchera y nadie le disparaba. Ordenó hacer fuego contra él; el tirador, no queriendo romper la tregua, erró deliberadamente tres veces: primero por mucho, luego por menos y finalmente por muy poco. El alemán se dio cuenta y se arrojó al suelo haciendo gesto de haber sido herido. El brigadier se fue complacido.

Todo había vuelto a la normalidad por ese día. Incluso las aves se escuchaban de nuevo, y se narran escenas de soldados alimentándolas. Pero todo estaba por terminar. Los oficiales en el campo dejaban hacer, pero las noticias corrieron de manera tal que era imposible ignorarlas. No podía disfrazarse de casualidad que un 25 de diciembre la guerra furiosa se detuviera así como si nada. El Alto Mando inglés se enteró y sus representantes montaron en cólera. Posiblemente lo mismo pasó del lado alemán. Semejante falta de disciplina les resultaba intolerable. No es de extrañarse; al menos los ingleses habían gastado enormes esfuerzos de propaganda para hacer parecer a los alemanes como salvajes, calificándolos de "hunos" y desperdigando cuentos sobre atrocidades que no habían cometido (ni nunca cometerían). El verlos como personas normales desbarataba esos esfuerzos.

Sin embargo, la tregua duró unos días más. Aunque en algunas partes el combate se reinició el 26, en otros sectores se esperó hasta el 29. En ese día, sencillamente, desde ambas partes se comenzaron a llamar a sus soldados, estos volvieron a las trincheras y volvieron a disparar. Nunca más existió una tregua similar durante la Gran Guerra.

Hay quienes quieren creer que, de continuar unos días más, la tregua hubiera puesto fin a la guerra. Lamentablemente, nunca se sabrá.

lunes, mayo 04, 2009

Idas y venidas de Hitler

Adolf Hitler, a pesar de ser el líder de uno de los ejércitos más poderosos de su tiempo, no tuvo una gran carrera militar, como muchos de sus subordinados. De hecho, siendo ciudadano austríaco tenía la obligación, a los 20 años, de presentarse para el servicio militar, y de hacerlo cada año hasta que cumpliera los 24. En 1913, habiendo cumplido esa edad sin que las autoridades lo arrestaran, se mudó a Munich, en Alemania, persiguiendo su sueño de ser pintor.

En enero de 1914 las autoridades alemanas lo detuvieron ya que había órdenes en el vecino país de enviarlo hasta Linz, en donde debía reportarse ante la junta de reclutamiento. Aterrado ante la idea de ser encarcelado, convenció al cónsul austríaco de que le perdonaran su indiscreción. Dos semanas más tarde se le hizo un exámen médico que lo declaró no apto ni para el combate ni para las tareas auxiliares, a causa de ser "demasiado débil".

Volvió a Munich, en donde lo sorprendió la declaración de guerra. Pese a ser ciudadano austríaco se presentó como voluntario para luchar, siendo asignado al 16º Regimiento de Infantería de Reserva. Es bastante probable que sólo la gran necesidad de soldados haya permitido que alguien como él, extranjero y además de salud débil, fuera enrolado en una unidad de combate.

La suerte lo acompañó; en una carta comenta cómo en una operación su regimiento se vio reducido de 3.500 hombres a solo 600. Además, aparentemente, se comportó con valor, tal vez deseando demostrar que, a pesar de sus problemas físicos, podía seguir adelante.

En diciembre de 1914 fue condecorado con la Cruz de Hierro de Segunda Clase, y el último año de la guerra recibió una distinción todavía mayor, la Cruz de Hierro de Primera Clase. Curiosamente, no se sabe a ciencia cierta qué hizo exactamente para ganar dichas medallas, ya que los registros del regimiento no lo mencionan llevando a cabo acciones especialmente heroicas. Hitler nunca habló sobre el tema. Una razón puede ser que, irónicamente, la persona que lo recomendó para recibir dichas medallas fue un judío, Hugo Gutmann, que era asistente de dicho regimiento.